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La conmovedora historia de una mujer que no puede caminar y escala junto a su amigo ciego: "Él es las piernas y yo los ojos"

Melanie Knecht y Travor Hahn comparten el mismo gusto por la naturaleza, y decidieron unirse para que cada uno pudiera disfrutar de las montañas desde su perspectiva y ayudándose entre sí.

16 de Julio de 2019 | 17:59 | Redactado por María José Hermosilla, Emol
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hiking_with_sight / Instagram
Melanie Knecht y Travor Hahn han demostrado al mundo el verdadero significado del trabajo en equipo. Ambos, además de compartir el mismo gusto y pasión por la naturaleza y las montañas, tienen una historia que los une en la vida.

Knecht nació con espina bífida por lo que debe utilizar una silla de ruedas para desplazarse, y Hahn perdió la vista debido a un glaucoma que padeció hace cinco años. Hoy, ambos son compañeros de excursión y disfrutan juntos los senderos de Fort Collins, Colorado, ciudad donde viven.

Todo partió hace algunos años atrás, cuando ambos se conocieron en clases de ejercicios de adaptación. Durante las jornadas se fueron abriendo el uno con el otro y descubrieron un gran lazo que los unía: el amor por el aire libre y la naturaleza.

A partir de ese momento y hasta el día de hoy, ambos realizan caminatas juntos, donde Hahn lleva a Melanie en su espalda en un arnés, y ella lo va guiando y entregándole instrucciones verbales a lo largo de los senderos. "Él es las piernas, y yo los ojos, juntos somos el equipo soñado", aseguró Knecht en una entrevista con Good Morning America.

Cada día es una aventura nueva para ellos, y lo dejan registrado a través de una cuenta de Instagram que crearon con el fin de mostrar sus viajes y nuevos senderos que recorren. Allí, ambos describen sus travesías como "un viaje entre dos amigos, uno que no puede ver y otra que no puede caminar".


Crédito: hiking_with_sight / Captura Instagram.

Hahn contó a medios locales que después de perder la vista continuó escalando y realizando senderos por las montañas, confiando y adaptándose a técnicas como seguir el sonido de una campana. Sin embargo, no se sintió cómodo con este método al no tener un real propósito más que seguir el sonido.

Ahora que va acompañado de Knecht, sí siente esa finalidad. "Me hizo muy feliz poder ayudar a alguien a vivir la experiencia que yo había podido sentir durante toda mi vida. Solo poder llegar a la cima de una montaña, lo que un auto no puede hacer, puedes sentir esa sensación de logro. La mejor parte es poder hacerla sonreír, ese es mi propósito", señaló Hahn.


Crédito: hiking_with_sight / Captura Instagram.

Para Knecht, la mejor parte de las caminatas es que puede dejar a un lado su silla de ruedas. "Es una sensación increíble dejarla literalmente a kilómetros de distancia atrás en el camino. Antes, ni siquiera podría entrar (al parque) aunque quisiera, y ahora esto es un sentimiento muy bueno", relató la estadounidense.

El próximo desafío de la pareja de montañistas es un sendero de más de 14 mil pies de altura que planean realizar en agosto, y se están preparando para poder llevarlo a cabo. "Definitivamente hay una curva de aprendizaje", aseguró Knecht, añadiendo que la habilidad más importante es la comunicación entre ambos.

"Siempre estoy tratando de advertirle los obstáculos con mucha anticipación, pero también le digo si está a punto de tropezar con una roca o una raíz. Tengo que interrumpirme a mí misma para dar las instrucciones", aseguró Knecht.

"Toma mucho trabajo en equipo, ya que si yo me caigo, ella también se cae", añadió Hahn.
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