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Hipersexualización infantil: Cómo lo ven los expertos y qué roles cumplen los padres respecto a esta compleja problemática

Dos psicólogos y un sociólogo analizan el tema a raíz de la última polémica generada por la publicidad de uniformes infantiles en menores. Además, entregan recomendaciones para abordarlo desde las familias y así evitar las graves consecuencias que esto puede tener, sobre todo, para las niñas.

13 de Febrero de 2020 | 14:50 | Por María José Hermosilla, Emol
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EFE
Las imágenes de una niña de alrededor de 10 años que aparecía en una publicidad de uniformes escolares sentada de costado, con una falda corta y un helado en la mano, desató un amplio y crítico debate social respecto a la hipersexualización de los menores de edad.

Otras fotografías publicitarias de conocidas marcas y que también presentaban a menores en poses sexy, propias de adultos, comenzaron a ser compartidas en redes sociales, generando la indignación de abogadas, psicólogos y políticos. Una de estas fue la titular de la Defensoría la Niñez, Patricia Muñoz, quien indicó que este tipo de prácticas "no son tolerables".

Se trata de una situación que ha generado la preocupación de diferentes actores sociales sobre algo que se muestra a diario a niños y adolescentes a través de la publicidad, los medios de comunicación y las redes sociales. Pero, más allá de lo recientemente ocurrido, ¿cómo ven los expertos esta problemática? ¿Cuáles son los roles que cumplen las familias -padres y madres- respecto a este tema? ¿Cuánto influyen estos últimos en cómo los niños y adolescentes se van formando en torno a la percepción de lo físico más allá de lo interno?

Susana Saravia, psicóloga infantil de la Clínica Universidad de Los Andes, cree que el rol de los padres es fundamental respecto a este tema, sobre todo en una etapa tan frágil como los es la adolescencia. El mensaje que estos transmiten día a día frente a sus hijos puede influir en sus valores y estereotipos, ya que si se presta más atención a las cualidades físicas por sobre las internas y psicológicas, se genera un tipo de impacto que tendrá consecuencias.

"Transmitirles el valor de la persona en función de aspectos internos, de cualidades u otros valores como el amor, las diferencias individuales entre una persona y otra, más allá del estereotipo y de lo externo, del cómo se pueda vestir una persona, cómo se pueda maquillar o qué tan delgado o de determinado cuerpo se encuentra", indica Saravia a Emol.

¿Qué es y cuándo es más peligrosa la hipersexualización infantil?


Antes de indagar respecto al rol que cumplen las familias, Rodrigo Jarpa, psicólogo de Clínica Las Condes, doctor en sexualidad y autor del libro "Me aburrí del sexo" , define la hipersexualidad como dar un carácter sexual a un comportamiento o producto que el niño no lo posee en sí mismo. "Se asocia a la imposición de una sexualidad adulta a los niños -sobre todo a las niñas- quienes no están preparados ni emocional, ni psicológica ni físicamente para esto", agrega.

Esto se manifiesta en tener poses, actitudes o hacer bailes seductores, indica el doctor. "Usar maquillaje o productos de belleza que las hacen verse como adultas. Vestirse con ropa 'sexy' o de adultos, por ejemplo, niñas con minis, petos, sostenes, tangas, etc. Mostrar gran interés en temas relacionados a la sexualidad, pololeo, tener pareja, etc.", puntualiza.

A modo de ejemplo, Jarpa señala que "muchos niños han dejado de jugar con plastilina, hacer avioncitos de papel o jugar al 'rin rin raja'. En vez de eso, están atrapados en las pantallas, mirando a sus ídolos o escuchando sus canciones, jugando a ser pequeños Daddy Yankees, 'perrear' hasta abajo o moverse como Shakira". Además, agrega que la sobre erotización de la infancia tiene efectos concretos, como la "obsesión -sobre todo por parte de las niñas- respecto a la imagen, la moda, el maquillaje, el ser populares y parecerse a sus muñecas Barbie".

Por su lado, Claudio Avendaño, sociólogo de la Universidad de Santiago, describe la hipersexualidad infantil como un "conjunto de manifestaciones que se expresan a través de la ropa, del peinado y de las posturas -elementos no verbales en general- que dan cuenta de una suerte de preanuncio de lo que es una vida sexual activa", agregando que "se sienten como parte de una edad que no correspondería".

La etapa más compleja es en la pubertad, cuando los niños están entrando en un momento de cambios físicos y biológicos propios de la edad, aclara Saravia, agregando que a pesar de que depende de cada caso, se ha podido observar que se puede iniciar desde los 10 u 11 años en adelante, hasta los 14 o 15.

Sin embargo, la psicóloga explica que también existen casos de niños entre 15 o 16 años que al tener un cerebro y desarrollo más vulnerable, se vuelven susceptibles a estas influencias, pero que en otros casos a partir de esa última edad, el nivel tanto biológico como cerebral tiene una capacidad de desarrollar un proceso más crítico a la influencia de medios.

Graves consecuencias


Jarpa explica que es fundamental ocuparse de estos estímulos a los que están expuestos los niños debido a las consecuencias a largo plazo que esto podría ocasionar, sobre todo en las niñas.

Para profundizar, el doctor cita el informe "Report on the sexualization of girls", de la American Psychological Associaton, el cual señala que la sexualización de las niñas es altamente perjudicial para la salud infanto-juvenil. "La erotización infantil es un predictor de futuros problemas psíquicos y físicos. Se ha visto una alta correlación con trastornos de la conducta alimentaria como anorexia y la bulimia, complejos estéticos e insatisfacción hacia el propio cuerpo, inicio temprano de relaciones sexuales, trastornos depresivos y ansiosos", advierte Jarpa.

Para evitar esto, el doctor recomienda "filtrar y poner límites en la medida de lo posible, así como generar conversaciones y diálogos cotidianos que fomenten una mirada crítica. Potenciar actividades donde se ponga énfasis a talentos, gustos o habilidades que vayan más allá de la apariencia física. Ser claro en los límites relativos a qué cosas son de adultos y cuáles de niños. Por último, predicar con el ejemplo ya que lo que hacemos suena más fuerte que lo que decimos", aconseja Jarpa.

Redes sociales y rol de los padres


Por su parte, la psicóloga señala que es una labor principalmente de los padres hacer una barrera entre el "bombardeo" de los medios y darles la opción de que tengan un sentido más crítico de lo que observan. "No podemos controlar lo que ven o no ven los hijos, pero sí podemos estar disponibles emocionalmente para explicarles e ir trabajando un sentido crítico de que puedan ir cuestionando los medios de comunicación o los mensajes que se transmiten", añade Saravia.

Claudio Avendaño también recomienda instalar estos temas en las conversaciones familiares para que los niños manejen criterios que les permitan hacer un uso adecuado de las tecnologías. "La formación de un niño tiene como aspecto central el trabajar con los padres y hermanos en lo que es el uso más activo y crítico de los medios de comunicación y las tecnologías digitales", agrega el sociólogo.

Respecto a la exposición en redes sociales de los menores de edad, la cual muchas veces es responsabilidad de los propios padres al publicar imágenes de sus hijos la mayoría de las veces sin su autorización, Saravia señala que es fundamental que los papás se pregunten hasta qué punto se cae en este boom de las plataformas sociales y cómo proteger a los hijos.

"Una de las consecuencias de las redes sociales es que la disposición de la información es sin filtro, gran parte de la información que nosotros entregamos la puede recibir un desconocido y eso es lo complejo. Como papás necesitamos tener un poco más de cuidado y precaución. Tomar medidas como la posibilidad de reducir la exposición de nuestros niños en determinadas condiciones o vestimentas a nuestras redes más cercanas", concluye la psicóloga.
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