QUITO.- Pocas veces Chile salta a una cancha con la banda de favorito cruzándole el pecho como esta tarde frente a Ecuador, un rival que jamás le ha podido ganar por los puntos oficiales y que, al menos en esta ocasión, no parece que tenga argumentos para escribir un capítulo distinto en la historia futbolística de ambos países.
La inusitada confianza del equipo chileno tiene fundamentos en la impensada medalla de bronce conquistada en Sydney 2000, con un equipo letal en el ataque y poderoso en defensa. La base de esa escuadra es la misma: salvo Reyes y Ormazábal, el equipo que salte al Atahualpa es el mismo que hizo trasnochar en Melbourne y en Sydney.
Pero más allá de los favoritismos, la lucha por los puntos es vital para ambos equipos en las intenciones de seguir con oportunidades en el camino clasificatorio a Japón y Corea 2002.
Tras las victorias de Paraguay (2-0 a Colombia, en Bogotá) y de Brasil (que al cierre de esta nota golea 6-0 a Venezuela), tanto Chile como Ecuador necesitan imperiosamente la victoria. Ambos comparten la sexta posición del grupo, con 10 puntos y aunque el triunfo aún no les basta siquiera para alcanzar el repechaje, los tres puntos mantienen al vencedor prendido al grupo de arriba, a sólo un punto de Uruguay, en caso de que los charrúas caigan esta noche ante Argentina.
Pero más allá de las especulaciones, Chile requiere recuperar los puntos perdidos ante Colombia en la fecha pasada. Y, si se quiere ser exigente, no sólo las unidades se necesitan reconquistar sino una buena dosis del juego que valió humillar a los brasileños. Una humilde dosis, que en estos momentos bastaría para que la historia en el centro del mundo se siga manteniendo así de escrita.