SANTIAGO.- Ya se están haciendo habituales las caras largas en el Estadio Nacional cada vez que la Selección Chilena se presenta por un partido eliminatorio. Pero después del partido con Argentina no sólo dolió la derrota, como tantas otras, sino que también el hecho que hemos quedado prácticamente eliminados de las clasificatorias para Japón-Corea 2002.
Cuando faltan ocho encuentros aún para terminar con el proceso premundialista, Chile no tiene posibilidad alguna, al menos en lo futbolístico, de poder llegar a la máxima cita del fútbol mundial. Algunos dirán por ahí que la chance matemática no es lapidaria y que mientras exista esa alternativa, la selección podría tener un repunte espectacular y ganar todos, pero todos los partidos que viene de aquí en adelante, incluido Perú, Paraguay, Brasil y Colombia de visita.
Pero está claro que es imposible conseguir la clasificación. Así de lapidario. Cuando las cosas parten mal, inevitablemente terminan mal. Es como una ley física que siempre se cumple. Este proceso debe ser lejos el más desorganizado en la mayoría de sus aspectos. Primero los dirigentes de la ANFP quisieron explotar más de la cuenta el producto "selección" y establecieron precios excesivamente altos en las entradas. Pero al primer encuentro de local, con Perú, y cuando el Nacional estuvo a medio llenar, los mismos ágiles dirigentes tuvieron que echar pie atrás en la medida, tal cual lo hicieron en cierta medida con los derechos televisivos.
El cuerpo técnico y de jugadores también han aportado lo suyo en esta desordenada selección, pero lo que más me llama la atención es la falta de autocrítica que ha tenido el señor Nelson Acosta. Ayer, sinceramente, me espanté al escuchar sus declaraciones en la conferencia de prensa. Me dio la impresión que Acosta, definitivamente, no estuvo ayer en la cancha del Nacional. Claramente el estratega vio otro partido, de lo contario no me explico cómo fue capaz de decir que Chile jugó bien... La verdad es que con esa falta de claridad al analizar una derrota no podemos llegar a ninguna parte.
Chile, señor Acosta, jugó definitivamente mal. Si lo hubieramos hecho bien le habríamos pasado por encima a Argentina, tal como lo hicimos con Brasil, y en este minuto no estaríamos eliminados del mundial, yo no estaría escribiendo esta pesimista columna, la gente estaría más contenta en sus trabajos, usted estaría diciendo que es el único que ha hecho historia en el fútbol chileno y para el próximo partido el Nacional estaría lleno hasta las banderas. Como antaño.
