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Ríos no tuvo piedad con Kucera

Apenas una hora y 21 minutos duró la feble resistencia del eslovaco en el primer punto del repechaje por el Grupo Mundial de Copa Davis. El tenista chileno aplastó en tres sets a su rival con un juego que rozó la perfección técnica y que obligó a acordarse del Ríos de 1998.

21 de Septiembre de 2001 | 10:54 | Patricio Corvalán C, emol.com
PRESOV.- Puede ser tentador sugerir que el eslovaco Karol Kucera viene cuesta abajo en la rodada del circuito, que más encima está saliendo de una lesión en la muñeca derecha y que esta mañana no había forma de despabilarlo en la alfombra del Mestská Sportová Hala, pero de repente hay que vencer las tentaciones, sobre todo cuando al frente tuvo al Marcelo Ríos que rozó el recuerdo del año 98.

El chileno jugó el mejor tenis desde su regreso tras la lesiónAunque el chileno lleva apenas un mes de regreso a las pistas -lo que desde ya equiparaba la lucha con el eslovaco-, en la cancha de Presov se depejaron muy pronto las dudas sobre quién se llevaría el primer punto del repechaje, porque bastó una hora y 21 minutos para que Ríos se impusiera por 6-3, 6-2 y 6-3 y le diera el primer punto a Chile.

Kucera nunca intimidó al chileno. Ni siquiera cuando logró mantener su primer servicio, el arma que usó el europeo para irse a la red y así definir el partido lo más rápido posible, a sabiendas de que a medida que se alargara el pleito la ventaja iría creciendo para Ríos.

El chileno no tuvo necesidad de meterse demasiado en la cancha. Con un derecho que funcionó a la perfección, Ríos fue minando la escasa resistencia que ofreció Kucera, cada vez con menor reacción a los golpes profundos de su rival. A tanto llegó la fineza del zurdo que ganó todos sus puntos con el segundo servicio, no cometió dobles falta y cometió apenas diez errores en todo el partido, cuenta que se abultó sólo cuando al final tenía la batalla asegurada.

Entre el final del primer set y la medianía de la segunda manga, Ríos aplastó cualquier reacción del eslovaco. Golpes profundos y la innegable ayuda de Kucera que se cansó de mandar pelotas afuera terminaron por entregarle ya los dos primeros sets al zurdo, quien incluso se puso 3-0 en el tercero.

De ahí en adelante, a Ríos le bastó con mantener -sin dificultades- su servicio ante un rival que cada vez se fue quedando más parado y perplejo: al frente tuvo a un adversario infalible e inclemente que jugó suelto. Toda esa mezcla fue demasiado explosiva para el local, que lesionado, falto de físico y de ganas sólo fue la excusa perfecta para que Ríos haga ilusionarse con base por un cupo en el Grupo Mundial de Copa Davis.
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