TURÍN.- La Juventus, que no pasó del empate, y gracias a un gol casi al final de Enzo Maresca (m.89), en teórico terreno de su "eterno rival" Torino (2-2), dejó el liderato en manos del dúo Inter de Milán y Roma, en el partido que cerró la vigésima cuarta jornada liguera.
El partido, como buen "clásico", y este es uno de los más antiguos, sentidos y seguidos de Italia, tuvo juego discreto, emoción, alternancia en el marcador y como el "pequeño" (Torino) estuvo a punto de comerse al "grande" (Juventus), que llegaba tras siete triunfos ligueros consecutivos.
No ganó el Torino por un gol casi al final de Maresca, que había saltado al campo apenas trece minutos antes del campo, pero estuvo muy cerca ya que el Juventus no tuvo una buena actuación.
Marcello Lippi, técnico juventino, decidió sacar inicialmente al centrocampista holandés Edgar Davids, pese a los graves problemas personales que está pasando, con lo que presentó el siguiente once: Buffon; Thuram, Ferrara, Iuliano, Pessotto (Zenoni, m.76); Zambrotta (Tacchinardi, m.63), Conte, Davids (Maresca, m.76), Nedved; Trezeguet, Del Piero.
Un equipo inicial juventino que, salvo si se recupera el uruguayo Paolo Montero, podría ser el que se enfrente el miércoles al Deportivo de la Coruña, en Liga de Campeones de Europa.
El partido bien es verdad que se inició con buenas sensaciones por parte del Torino, que pareció llevar el mando y solicitó la pena máxima por un derribo en área juventina de Ciro Ferrara sobre Marco Ferrante (m.5). Eso sí, un minuto después perdió por lesión a su internacional de nuevo cuño Tonino Asta.
Duró muy poco el control torinista, pues en el minuto 10, un buen centro de Davids desde la banda izquierda encontró la cabeza de un solitario francés David Trezeguet, quien esta vez no falló, como sí hizo el martes ante el cuadro gallego en una acción aún más favorable, y estableció en 0-1.
El encuentro ya se quedaba como le gusta a la Juventus: tranquilo y a la espera de un rival abierto en busca del empate y dejando huecos por donde lanzar el contragolpe.
Sin embargo, el Juventus apenas volvió a llegar con peligro a la meta del Torino y se dedicó más que nada a hacerse con el balón y a controlar las acometidas de un rival más agresivo pero con una indudable menor calidad. Ello le bastó para irse al descanso con la mínima ventaja que le dio el gol de Trezeguet.
La segunda mitad siguió con la misma tónica, si bien la agresividad y mayor verticalidad del Torino puso en dificultad a la defensa juventina. El mejor hacer torinista recogió su justo premio en el minuto 64, cuando Ferrante estableció el 1-1 al batir disparo cruzado a Buffon.
El empate escoció al técnico juventino, que minutos después quitó a Pessotto y un renqueante Davids, que sufrió un fuerte golpe, y los sustituyó con Zenoni y Maresca.
Pero la Juventus estaba "tocada" y ello lo aprovechó el Torino en una acción de Lucarelli, que sacó oro de un balón que parecía perdido pero que, gracias a su fe y lucha, controló y cruzó al lado contrario, donde entró solo el francés Cauet, que estableció el 2-1 (m.80).
Un minuto después pudo igualar la Juventus, pero, primero, el remate de Ferrara estrelló el balón en el travesaño y, a continuación, el disparo de Maresca fue bien detenido por el meta Bucci.
El Juventus, como en la primera vuelta cuando vio como su favorable 3-0 se convertía en un 3-3, volvía a sufrir las acometidas y el corazón del "Toro". Cuando todo parecía perdido para el equipo juventino, llegó el gol de Maresca (m.89) que daba el empate.
Pero que el joven centrocampista juventino celebró con una cierta "burla" (manos en la cabeza a estilo de cuernos de toro) que no fue bien recibida ni por los seguidores ni por los jugadores del Torino.
Pudo incluso llegar en el minuto 92 el triunfo del Juventus, con un disparo de Trezeguet excelentemente sacado por el meta Bucci. Al final, se llegó en empate, que casi es el resultado más justo. Pero que deja al Juventus tercero, a un punto del Inter y del Roma.
