BARCELONA.- Barcelona y Real Madrid disputan mañana un clásico tan atractivo como siempre, pero que deberá servir para que uno de los dos grandes recupere el protagonismo que acaparan en las últimas semanas el Valencia, líder de la Liga, y el Deportivo, campeón de Copa.
La pujanza de los dos equipos "alternativos" al poder establecido está ensombreciendo a azulgranas y blancos, que dan la sensación de llegar al gran choque de la trigésima jornada como equipos heridos, irregulares, faltos de rigor defensivo y fiados al talento de sus individualidades en ataque.
El Real parte como ligero favorito por el juego mostrado en los últimos cotejos, pero el Barcelona cuenta a su favor con una condición de local que le ha servido para no verse derrotado en casa por su archirrival desde hace 19 años.
Los azulgranas saben, además, que sus últimas y escasas esperanzas de hacer algo significativo en esta Liga pasan por un triunfo mañana. "Tenemos más fácil la Liga de Campeones que la Liga", reconoció hace días el holandés Frank de Boer. En caso de triunfo blanco, el equipo madridista estaría nueve puntos por delante de los azulgranas, y el Valencia podría ponerse a diez.
El principal eje de interés del Barcelona en los últimos días fue el estado de forma de Rivaldo. El brasileño lleva arrastrando el mismo problema en la rodilla desde hace cuatro meses, y la negativa a operarse para no perder el Mundial de Corea y Japón hace que el peligro de una rotura que sería trágica (quizá un año de baja) flote sobre el jugador como una permanente amenaza.
Rivaldo jugará una vez más, pero todo hace indicar que su rendimiento, como en las últimas semanas, no será del ciento por ciento. El protagonismo del juego ofensivo pasa a recaer en los hombros de jugadores como el argentino Javier Saviola, el holandés Patrick Kluivert o el español Luis Enrique.
Kluivert marca en ocasiones tres goles y en otras pasa completamente inadvertido, con una irregularidad atroz fruto tal vez de las incógnitas en torno a su futuro. Saviola y Luis Enrique ponen voluntad continuada, y su esfuerzo suele verse más premiado cuando el organizador Xavi está presente en el campo, como parece que será en este caso.
En cuanto al Real, la obsesión principal de la semana fue la de alejar los "fantasmas" que parecen desplegarse cuando se acerca la hora de visitar el Camp Nou. "Ni el equipo ni yo le tenemos miedo a ese estadio", dijo Vicente del Bosque para liquidar el temor al campo barcelonista, cuya presión el pasado año resultó determinante para la victoria azulgrana.
Entonces el gran perseguido de los aficionados barcelonistas fue el portugués Luis Figo, que no estará presente mañana al persistir su problema de tobillo. El argentino Santiago Solari se ganó a pulso ocupar su puesto en el once inicial, lo que desplazará a Raúl hacia la banda derecha en su posición entre líneas.
Dos dudas centraron las discusiones sobre el posible once madridista. La primera, en la punta, parece que se resolverá en favor de Fernando Morientes, más goleador, en lugar de la ayuda al centro del campo que supondría la presencia de Guti.
La segunda, bajo los palos, podría caer del lado de Iker Casillas en detrimento de César, el portero en el que confió Del Bosque para la desastrosa final de Copa.
Pero la clave para el Real estará en el juego de Zinedine Zidane. El francés admitió el jueves que no está a pleno rendimiento, pero también reconoció su ilusión por disputar su primer partido en el Camp Nou. En buen estado, es el más desequilibrante de los muchos "cracks" que mañana se darán cita en el clásico, y de sus botas puede depender en gran medida el resultado final.
Alineaciones probables:
Barcelona: Bonano, Puyol, Christanval, De Boer, Coco, Luis Enrique, Xavi, Cocu, Rivaldo, Saviola y Kluivert. Entrenador: Carles Rexach
Real Madrid: Casillas, Michel Salgado, Pavón, Hierro, Roberto Carlos, Iván Helguera, Makelele, Zidane, Solari, Raúl y Morientes. Entrenador: Vicente del Bosque
Arbitro: Alfonso Pérez Burrull
Estadio: Nou Camp (Barcelona)
