ZURICH.- La auditoría interna abierta y luego suspendida por el presidente Joseph Blatter, la declaración de insolvencia del grupo mediático Kirch y la posibilidad de sancionar a la Federación de Israel son los principales asuntos que tratará el el Comité Ejecutivo de la FIFA en su reunión de viernes en Zurich.
Después de que los últimos meses del actual mandato de Blatter hayan estado protagonizados por las acusaciones de oscuridad en su gestión de las cuentas, los asuntos financieros ocupan buena parte de la agenda de este Ejecutivo, a sólo cuatro semanas del Congreso de Seúl.
El presidente suizo intentará defender ante su órgano de gobierno su decisión personal de dejar en suspenso una auditoría que los miembros del Ejecutivo habían aprobado por mayoría.
En la reunión se estudiará "el trabajo llevado a cabo por los auditores, la decisión de suspenderlo y los pasos que deben tomarse en el futuro", según fuentes de la FIFA.
Los miembros europeos agrupados en la UEFA exigen la reapertura inmediata de la auditoría y la presentación de resultados cuanto antes, si bien en los últimos días los organismos mundial y europeo han rebajado la tensión en sus relaciones y buscan recuperar el clima de buen entendimiento previo a 1998.
Las consecuencias de la quiebra de Kirch para el Mundial será otro de los asuntos que debatirán los miembros del Ejecutivo, que temen un descenso considerable de los derechos de televisión que obtiene el fútbol.
Esta circunstancia podría quedar ya reflejada en la primera previsión presupuestaria para el cuatrienio 2003-2006, que también se discutirá en Zurich.
Los asistentes a la reunión intentarán dejar definitivamente zanjados los preparativos del Congreso de Seúl, en el que, en vísperas del Mundial, se celebrarán elecciones a la presidencia, con el propio Blatter y con el camerunés Issa Hayatou como contendientes. El Ejecutivo detallará, entre otros asuntos, el sistema de votación.
En el capítulo de altas y bajas se votará la admisión de Nueva Caledonia en la FIFA y, un asunto más polémico, la posibilidad de suspender a la Federación de Israel, como ha pedido un grupo de federaciones de países árabes.
Esta medida tiene pocas posibilidades de prosperar, por cuanto una petición similar ya fue rechazada la semana pasada por la UEFA, confederación a la que pertenece Israel.
