SAN GIACOMO, Italia.- El tercer final en alto del Giro de Italia no fue tan decisivo como se esperaba y tuvo como brillante vencedor al mexicano Julio Alberto Pérez Cuapio, que da la primera alegría a su equipo Panaria, noticia hasta ahora por el asunto de dopaje de varios de sus corredores.
Pérez Cuapio, que ya ganó la pasada edición otra etapa con final en el Pordoi, fue el más astuto en la temida subida a San Giacomo, una ascensión de once kilómetros, en la cual las esperadas diferencias entre los que luchan por la general fueron mínimas.
El ciclista mexicano invirtió en los 190 kilómetros un tiempo ganador de cinco horas, 4 minutos y 2 segundos, 13 segundos menos que el australiano Cadel Evens, el italiano Dario Frigo llegaba a 17 segundos y el también italiano Francesco Casagrande a 19 junto al español Fernando Escartín.
La general, que sigue comandada por el alemán Jens Heppner, sufre algunos retoques, con Casagrande es segundo a 1:48 minutos y tercero el español Escartín a 2:36 minutos.
Esta claro que las secuelas de los casos de dopaje, especialmente de los italianos Stefano Garzelli, expulsado de la carrera hace unos días y citado por la justicia para declarar para el 3 de junio y Gilberto Simoni, ’’invitado’’ por los organizadores del Giro a dejar la carrera, siguen dejando en un segundo plano lo meramente deportivo.
En la salida de la décimo tercera etapa, Simoni, ganador de la pasada edición, a pesar de que no se encuentra en carrera, acaparaba el protagonismo, pues se conocía la noticia de la policía de Trento le estaba sometiendo a un interrogatorio para tratar de averiguar cómo llegaron a su sangre las muestras de cocaína aparecidas en un control.
Todo sigue igual, a pesar de que en las últimas horas no han aparecido, afortunadamente, más casos de dopaje. El comienzo fue un calco de días anterior. Ambiente enrarecido y pocas ganas de dar pedales, a pesar de que la jornada era una de las consideradas claves, al ser el tercer final en alto.
Muchos kilómetros de parsimonia, hasta que en el kilómetro 44, el holandés Marc Lotz (Rabobank) decidía irse en solitario en busca de la meta, en el alto de San Giacomo. El pelotón no reaccionó y en un abrir y cerrar de ojos abre un hueco de media docena de minutos que llegó a ser de hasta nueve y medio en el kilómetro cien.
Una diferencia que obligó al equipo Telekom del líder, el alemán Jens Heppner, a ir acelerando la marcha, pues aunque faltaba lo más complicado de la jornada, el alto de Ceppo, puntuable de segunda en el kilómetro 155 y San Giacomo, en cuya cima estaba la línea de meta, era conveniente llevar la carrera controlada y al mismo tiempo provocar a sus más directos rivales para que descubrieran sus intenciones.
La zarabanda comenzaba poco antes de la primeras rampas del Ceppo, pues los italianos De Paoli, Moreni, Mazzoleni y Cioni; los colombianos Laverde y Muñoz y el español De los Angeles, quedaban intercalados entre el fugados y el pelotón principal.
Por la cima, el protagonista de la jornada Lotz corona con 2.17 minutos sobre el colombiano Castelblanco y a 2:33 con respecto al grupo del líder Heppner y Casagrande, que seguía sin fraccionarse y era comandado por corredores del equipo danés CSC que capitanea el estadounidense Hamilton.
La situación al comienzo del alto que conducía a meta, la estación de montaña de San Giacomo, en el parque del mítico Gran Sasso, no cambiaba, aunque Lotz comenzaba acusar el esfuerzo y tras él quedaban intercalados el danés Rasmussen y el alemán Kessler y un poco más retrasados el italiano Piccoli y el español Pereiro.
En el grupo nadie se movía, circunstancia que aprovecharon varios corredores para irse en busca de los escapados, entre ellos ilustres como el ruso Pavel Tonkov y jóvenes como el australiano Evans o el español Aitor González.
Ataques que no prosperaron, pues Pérez Cuapio arrancaba a falta de unos 4 kilómetros para el final, para ir superando sin ningún problema a todos los corredores que marchaban por delante. Atrás, algún que otro tirón de los italianos Gotti y Casagrande que no fructificaron.
Pérez Cuapio dosificaba perfectamente sus pocos segundos de ventaja para llevarse la victoria de etapa y confirmar de esta forma sus excelentes facultades para la montaña.
Mañana se disputará otra etapa decisiva, la contrarreloj individual de 30,3 kilómetros, con salida y llegada en la ciudad de Numana, en la costa adriática y que debe de hacer la primera selección importante, ya que el circuito es bastante duro y selectivo, con alto de Massignano, en el kilómetro 9 y catalogado de tercera categoría.
