ULSAN.- Un equipo ultra ofensivo, con Juninho y Ronaldinho Gaúcho como motores de Ronaldo y Rivaldo, ensayó hoy el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, para romper el cerrojo defensivo que promete imponer el equipo de Turquía en la apertura del grupo C del Mundial de Corea del Sur y Japón.
La propuesta táctica ha dejado sin puesto al centrocampista defensivo Kléberson y puesto en acción a Juninho, el creativo que vuelve la próxima temporada a las filas del Atlético de Madrid.
Una hora y doce minutos de fútbol en el campo de entrenamiento de la Universidad de Ciencias de la ciudad surcoreana de Ulsan, mostró a un Juninho en la función de semáforo, dictando el paso de sus compañeros, los tiempos de los pases y la dirección en que debía moverse el balón rumbo a la portería.
Ronaldinho Gaúcho se alternó por momentos en la función, aunque con más asiduos desplazamientos al ataque, en tanto que un abierto Rivaldo y un Ronaldo por el centro, como abridor de caminos, circularon en busca de espacios.
Ronaldinho, el joven astro del París Saint Germain francés, marcó dos de los cuatro goles con los que el equipo titular se impuso por 4-1 a los suplentes.
Rivaldo abrió la cuenta con un soberbio disparo en parábola que bañó literalmente a Rogério Ceni y Ronaldo puso la guinda, aunque su presencia en la cancha llamó más la atención por su falta de brillo y poco empeño.
El comportamiento del astro del Inter italiano no parece preocupar al técnico, pero sí la disposición táctica de Turquía, para la que ha exigido a sus jugadores atención extrema en la marca y contra la que espera plantar un equipo dinámico y asfixiante.
La actitud ultra ofensiva de la selección brasileña es la consecuencia del esquema de Senol Gunnes, con cuatro defensas, tres hombres de marca en la mitad, dos articuladores con encomienda de hacer sombra y un delantero solitario en punta.
Scolari se declaró hoy "preocupado por la marca de Turquía" pues en su opinión tiene la doble virtud de asfixiar al rival e inducirlo al error.
Y el error del equipo brasileño, según el técnico, ha sido la dificultad para descifrar la forma correcta para cubrir los espacios que puedan abrir los turcos en el momento de recuperar el balón.
"Si Turquía empata o gana a Brasil, está automáticamente clasificado", sentenció el entrenador al término del entrenamiento colectivo para significar la trascendencia del partido de estreno de ambos países en el Mundial de Corea del Sur y Japón.
Sin Kléberson en la mitad para ayudar en la marca al capitán Emerson y con Juninho como articulador, la selección brasileña adquirió una actitud diferente en su polémico esquema con tres zagueros, cinco hombres en la mitad y dos delanteros.
En la línea final, Edmilson, zaguero del Lyon francés, conservó la plaza de titular que parecía endosada a Anderson Polga y en la línea medular la salida de Cafú y Roberto Carlos quedó restringida a calculados esfuerzos, para evitar el sacrificio de Emerson.
La nota preocupante en la tercera jornada de entrenamientos de Brasil en Ulsan la proporcionaron los siete penales lanzados por Ronaldinho Gaúcho, Ronaldo, Rivaldo, Juninho, Edilson, Denilson, Luizao y Kleberson. Ninguno se transformó en gol. Marcos contuvo dos, a Luizao y Kleberson, el de Juninho explotó en un vertical y los otros salieron lejos de su destino.
Scolari negó que exista preocupación con este asunto y confirmó a Ronaldinho Gaúcho como el lanzador de penas máximas número uno del equipo, que está concentrado desde el domingo pasado en Ulsan.
