SAPPORO, Japón.- Alemania escribió con goles una jornada de gloria, al aplastar por 8-0 a Arabia Saudita en una de las cuatro goleadas más abultadas en la historia de los mundiales, que de paso deja a los alemanes como favoritos para el torneo, como debían serlo antes del inicio de la Copa del Mundo.
Carsten Jancker, como un anticipo de lo que sería la goleada germana, anotó la primera cifra a los 11 minutos. Sin embargo, su tanto fue anulado por el paraguayo Ubaldo Aquino, quien estimó que hubo falta sobre el veterano portero Al Deayea.
El dominio de los tricampeones fue claro durante toda la primera fracción, con un juego punzante, con presión e incansable para ahogar una salida árabe que simplemente no existió. En estas condiciones, la apertura de la cuenta no tardó en llegar. A los 20', Miroslav Klose marcó de cabeza la primera cifra, luego de un centro del talentoso Michael Ballack.
Como si fuese poco, la dupla fatal de los alemanes volvió a encontrarse a los 25 minutos, con otro centro de Ballack que Klose sentenció con un cabezazo potente, superando la débil defensa asiática.
De ahí en más, Alemania se dio cuenta de su superioridad notoria y abrumadora sobre su rival, lo que aprovechó para descansar las líneas e incluso apoyarse en algunos lujos, pero nunca excediéndose en la confianza ni descuidándose de los contragolpes saudíes.
Michael Ballack fue el cerebro creador de un conjunto alemán inspirado y de sus pies nacieron casi todas las acciones de gol germanas, que no fueron pocas. Pero a los 39' fue su turno de recibir, ya que tras un centro de Christian Ziege, el jugador del Bayer Leverkusen marcó de cabeza el 3-0 que expresaba claramente lo que sucedía en el césped nipón.
Antes del pitazo final de la primera fracción, Carsten Jancker estructuró la goleada con un tiro bajo, aprovechándose nuevamente de la permisiva zaga saudí.
La superioridad europea continuó firme en la segunda fracción, con un fútbol firme, aplastante, pero que tampoco significaba un desgaste total para el equipo alemán, pensando en sus dos encuentros restantes por el torneo, ante Irlanda y Camerún.
Miroslav Klose anotó a los 69' y pasó a encabezar sin compañía la tabla de goleadores del Mundial, demostrando su versatilidad y el gran poder goleador que obligaron a Rudi Völler a ponerlo en la alineación inicial, a cambio de consagrados como Bierhoff o Neuville.
A los 73', Thomas Linke puso el 6-0 y a los 84' Oliver Bierhoff -que ingresó en el complemento- marcó el 7-0, un resultado humillante para Arabia Saudita, un cuadro ya "experimentado" en la Copa del Mundo con asistencias en los dos últimos torneos.
La guinda de la torta la puso Bernd Schneider, el volante del Bayer Leverkusen, quien con 90 minutos en el reloj, anotó con un certero tiro libre.
Arabia Saudita no llegó nunca con profundidad a la zona alemana y sus tres disparos a portería, resultaron totalmente desviados. Literalmente, Oliver Kahn no tocó el balón producto de un remate saudí, en un encuentro que se encarama entre las goleadas más abultadas en la historia de los mundiales:
1982 - 10 x 1: Hungría vs. El Salvador
1954 - 9 x 0: Hungría vs. Corea del Sur
1974 - 9 x 0: Yugoslavia vs. Zaire
1938 - 8 x 0: Suecia vs. Cuba
1950 - 8 x 0: Uruguay vs. Bolivia
2002 - 8 x 0: Alemania vs. Arabia Saudita
