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Comentario: Alemania 1 - Corea 0. Es el peso de la historia

Los germanos avanzaron a su séptima final mundial de su historia. Con un fútbol deslucido, sólo necesitaron de un acierto de Ballack para terminar con el sueño coreano.

25 de Junio de 2002 | 09:30 | Christian Ayala. EMOL
Lo de Alemania es para quedarse pensando un buen rato y aún así les aseguro que nunca podremos encontrar la respuesta correcta, para entender en plenitud cómo un fútbol tan agrio como el alemán ya accedió a su séptima final de toda su historia. Todo un mérito y un espaldarazo a todos esos técnicos, principalmente europeos, que respaldan a muerte el fútbol defensivo y cada vez le quitan más brillo a este deporte.

¿Pero eso importa a la hora de decir que el equipo ya está instalado en las finales cuando nadie daba un peso por ellos antes del inicio de la Copa?. La verdad, aunque duela, es que no, de nada importa porque el gran objetivo de participar en esta cita magna es precisamente salir campeón y coronarse como el más grande de todos, sin importar los medios que se utilizaron para lograrlo.

Y ojo, que las criticas no sólo son de parte mía. De hecho, el gran Beckenbauer ha destrozado el funcionamiento del equipo y no ha dudado en catalogarlo como una vergüenza para su país. Pero parece ser una contradicción, porque o sea ¿puede un equipo que llega a la final de un Mundial ser vergüenza para un país?...creo que no y eso es lo que más nos complica a la hora de analizar a un equipo como Alemania.

Pero vamos por parte. Primero, los alemanes han defendido a ultranza su estilo defensivo y lo han hecho de forma excelente, sin equivocaciones. Además toda la estantería defensiva se sustenta en el gran portero que tienen como Oliver Kahn, que de paso hoy tuvo un par de tapadas notables como un manotazo increíble tras un remate de Lee que le pegó con mucho efecto al segundo palo, pero la estirada soberbia del portero alemán ahogó los gritos del gol.

Luego, en el mediocampo tiene a Ballack, que es un jugador que marca las diferencias y mide los tiempos de los alemanes. Hoy ante Corea, pasó desapercibido en gran parte del encuentro, pero bastó que acompañara una jugada de ataque para que definiera en doble instancia tras el centro de Neuville en el minuto 75 de la segunda etapa.

Aparte de eso, Alemania tiene muy poco, aunque el resto de los jugadores, si bien no son ninguna maravilla, tienen la gran virtud de poder jugar de forma ordenada y con concepto de equipo y cumplir a cabalidad sus funciones sin llegar a relucir.

Esto quedó más que claro a partir de del minuto 75’ cuando Ballack hizo el gol. De ahí en adelante, Alemania hizo lo mejor que sabe hacer: cerró el partido y le entregó el balón a los coreanos, que no tuvieron la chispa, tampoco la rapidez ni la imaginación suficiente para superar a la bien planteada defensa germana.

A mi juicio, los coreanos cometieron un gran error que fue el haber caído en el juego de los alemanes. Le temieron, cosa que no habían hecho en todo el Mundial, donde se habían parado de igual a igual con cualquier potencia y siempre habían entrado a manejar los partidos y demostrar desde el primer minuto que eran locales y que tenían fútbol suficiente para llegar más alto. Sin embargo, ante Alemania entraron con varias precauciones defensivas, de hecho la gran figura el delantero Han fue postergado en el banco dando paso al volante defensivo Lee Chung, traicionando el fútbol ofensivo que habían mostrado los coreanos durante toda esta copa.

Ese miedo les costó caro muy caro, porque Alemania creció a ratos y complicó a lo locales. Y luego del gol ya era muy tarde para recurrir al juego alegre y rápido, porque los alemanes ya no estaban para sorpresas.

Al final sólo queda la satisfacción que Corea hizo un gran Mundial, y que no se le desmerezca por los problemas en algunos cobros arbitrales, porque han hecho historia y de la linda, de la que será recordada por siempre en los anales dorados de los Mundiales.

De Alemania, sólo decir que es un grande, uno de esos equipos que sólo por esa camiseta bendita siempre estarán ahí, peleando con los grandes y apuntando a lo más alto. Algo de raza, dirán algunos, algo de suerte dirán otros, algo de táctica y fuerza física, dirán algunos. No lo sé, sólo puedo decir que al ganador de Brasil con Turquía tendrá un gran escollo en la final, porque aunque sea el fútbol más feo de toda esta copa, basta un solo minuto iluminado para que los alemanes celebren y te dejen llorando...es el peso de la historia.
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