RIO DE JANEIRO.- El autobús que transportaba a la selección brasileña que conquistó el Mundial de Corea-Japón fue apedreado anoche en esta ciudad por hinchas descontentos con la decisión de los futbolistas de ponerle fin a la fiesta de bienvenida.
La mayoría de los vidrios del autobús contratado por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) quedó destruido por la ira de un pequeño grupo de "torcedores" que, hacia las 2.30 hora local del miércoles (5.30 GMT), protestó contra la decisión de los mundialistas de recortar su desfile triunfal por Río de Janeiro.
Cansados tras un viaje de 24 horas entre Japón y Brasil y de otras 16 horas de celebraciones en Brasilia y Río de Janeiro, los diez mundialistas que participaron en la fiesta en Río interrumpieron su desfile en el barrio de Botafogo y frustraron a una impresionante multitud que, pese a la hora, los esperaba pocos kilómetros después en la famosa playa de Copacabana.
Pese al incidente, nueve jugadores continuaron el viaje hasta Sao Paulo, en cuyo Sambódromo se presentaron cuando el sol ya estaba naciendo ante unos 6.000 personas que esperaron toda la noche a la llegada de los campeones mundiales.
El desembarco en Sao Paulo este miércoles no impidió que los futbolistas fuesen recibidos en el aeropuerto por la alcaldesa de la mayor ciudad brasileña, Marta Suplicy, y que siete de los jugadores aceptaran seguir el recorrido de dos horas hasta el Sambódromo.
La recepción oficial de la selección brasileña, por lo mismo, concluyó en Sao Paulo casi 21 horas después de la llegada de los campeones a Brasil. Las fiestas, sin embargo, podrían prolongarse este miércoles en las ciudades de Belo Horizonte, Porto Alegre y Curitiba, en donde son esperados algunos de los integrantes del equipo que viajó a Corea del Sur y Japón.
