MUNICH, Alemania.- El ex astro alemán del tenis Boris Becker dijo el miércoles a un tribunal que había cometido un error al no pagar impuestos en Alemania durante su carrera profesional.
El tres veces campeón de Wimbledon hizo estas declaraciones al comenzar el juicio en su contra por un presunto delito de evasión fiscal, que ha acaparado un gran interés entre los medios de comunicación.
"Reconozco que cometí un error hace 10 años y sé que tendré que pagar las consecuencias", dijo Becker al tribunal de Munich.
Becker, que se retiró del tenis profesional hace tres años, fue acusado de evasión de impuestos por las autoridades alemanas por un total de 10,4 millones de marcos (cinco millones de dólares).
Según los fiscales, Becker alegó que había estado viviendo en Mónaco durante el período en el que se supone se cometió el delito, entre 1991 y 1993, pero dicen que en realidad pasó más de la mitad de cada uno de esos años en Alemania.
Si es declarado culpable, el ex tenista de 34 años podría terminar en prisión con una sentencia de hasta 5 años.
Sin embargo, los expertos en leyes alemanas dicen que una confesión de su parte que admita la culpabilidad podría tenerse en cuenta por el juez como atenuante.
El juicio tiene lugar en Munich y durará tres días cuando más, pero podría terminar este mismo miércoles tras la confesión de Becker.
Astro caído
Becker llegó a lo más alto del tenis siendo un adolescente en 1985, cuando ganó su primer título en Wimbledon, una victoria que lo convirtió en un héroe alemán.
Después conquistó seis títulos más de Grand Slam, entre ellos dos Abiertos de Australia y uno de Estados Unidos.
Becker fue el número uno en 1991 y logró batir con su juego a tenistas de la talla de John McEnroe y Pete Sampras, antes de retirarse en 1999.
Fue uno de los alemanes más populares y apareció en muchas campañas publicitarias y programas de televisión.
Becker acumuló un total estimado de 150 millones de dólares en carrera profesional de 15 años, pero desde entonces ha perdido gran parte de su fortuna, así como su reputación, en un divorcio millonario, una demanda de paternidad de una amante y una serie de negocios fallidos.
Vendió su villa en Munich a principios de este año y ahora vive en un hotel de la ciudad.
La vida de Becker comenzó a enredarse a finales de 1999 cuando él y su mujer, Bárbara, se separaron.
También saltó a los medios de comunicación el tema de que era el padre de un bebé de una modelo rusa después de un encuentro sexual tras su último partido en Wimbledon.
El antiguo tenista accedió a pagar la manutención del pequeño así como a un divorcio valorado en millones de dólares.
