ASUNCION.- A dos días de su debut en la actual edición de la Copa Libertadores de América, Cerro Porteño está envuelto en una tormenta que repercutió en la exclusión de dos de sus jugadores principales: el arquero y capitán del equipo, Aldo Bobadilla, y su mejor delantero, César Ramírez.
Cerro jugará el jueves con Universidad Católica de Chile por el Grupo 2, que integran también Paysandú de Brasil y Sporting Cristal de Perú.
Cerro Porteño tiene problema de contrato con Ramírez, que le reclama deudas atrasadas por más de 100 mil dólares, mientras la entidad, que preside el polémico empresario José Puente, le atribuye actos de indisciplina que el futbolista niega.
Ramírez es uno de los jugadores emblemáticos de Cerro y es un verdadero ídolo de la hinchada por la potencia y las ganas que pone para abrir la defensa contraria, para convertir goles o para permitir que lo hagan sus compañeros de equipo.
El arquero Bobadilla, uno de los más influyentes jugadores del plantel, a su vez es considerado como cabeza de los frecuentes reclamos de compromisos atrasados del club, lo que molesta a sus dirigentes.
Bobadilla fue impedido de practicar ayer con el plantel, y desde el momento que el club contrató al arquero argentino Joaquín Irigoytía ya se especulaba que aquel tenía los días contados en el club.
Informes desde Buenos Aires afirman que Cerro incorporará también al arquero paraguayo César Velázquez, de Nueva Chicago, a cambio de 25.000 dólares por el cincuenta por ciento de su pase.
Se consideraba también un hecho la salida de otros jugadores, como el mediocampista Mauricio Pérez, quien criticó duramente al preparador físico del plantel, el polémico pero influyente Néstor Kerber, de nacionalidad brasileña.
La semana pasada, 22 jugadores del equipo pidieron por nota a la directiva la exclusión de Kerber, a quien acusan de malos tratos y foco de malestar en el plantel.
