MIAMI.- Es español y es sólo su segunda participación, pero Rafael Nadal tiene ya en el bolsillo al público del torneo de tenis de Miami, como quedó demostrado de nuevo en su triunfo en tercera ronda el domingo ante el español Fernando Verdasco.
El calor apretaba de lo lindo a media tarde, y la humedad, que estos días ronda el 85 por ciento en la isla de Key Biscayne, hacía el ambiente casi irrespirable. Pero en la pista 1 del complejo tenístico de Crandon Park no cabía un alfiler.
"¡Mira, Nadal está jugando! ¡Vamos!", le decía una estadounidense de mediana edad a su esposo. Y eso que, al mismo tiempo, en la cancha central disputaba su partido de segunda ronda Serena Williams, uno de los ídolos locales, ex número uno mundial y tres veces campeona en Miami.
"Es cierto que me están apoyando mucho, y yo sólo puedo agradecérselo", explica a la agencia DPA Nadal, abrumado y escéptico a partes iguales. "No sé por qué será, quizá supongo que es porque soy joven", asegura.
Nadal ya lleva dos años impactando en el circuito, pero aún no está acostumbrado a que lo llamen constantemente "guapo". En la cancha 1 del torneo de Miami se oyó mucho. Eso sí, cuando certificó su triunfo, Nadal saludó desde el centro como los toreros y regaló una vez más sus muñequeras al público.
"Procuro devolverles a ellos todo lo que puedo de su apoyo. Lo aprendí hace tiempo. Una vez en Barcelona me fui corriendo de la cancha tras perder con (Alex) Corretja y la gente de mi entorno, mi tío Toni fundamentalmente, me explicó que hice mal. Ya lo corregí", afirma.
La humildad que muestra al hablar contrasta cada vez más con la ferocidad de su juego. Ante Verdasco corrió y golpeó como si cada bola fuera la última para llegar a octavos e igualar el resultado del año pasado. Su rival y sin embargo amigo no tuvo opción en ningún momento y se desesperó hasta caer por un doble 6-2.
"Me siento a gusto jugando contra él. Pega muy fuerte, pero la bola me viene bien para pegar yo a mi manera", relata. "Y por eso creo que a él le cuesta jugar conmigo", aseguró.
Especialmente significativo fue su estado físico, sencillamente impresionante. "Todo el mundo me lo dice, aunque yo creo que estaba mejor el año pasado. Con la Davis este año no tuve mucho tiempo de prepararme físicamente como para 2004".
Toda su fuerza le hará falta con seguridad mañana ante su rival por un lugar en los cuartos de final, porque el croata Ivan Ljubicic es uno de los jugadores más en forma del año. Lleva disputadas cuatro finales ATP y casi en solitario eliminó a Estados Unidos en la Copa Davis hace un mes en Carson (California).
"Para mí es, después de Federer, el mejor del año. Ljubicic está jugando a un nivel impresionante", sentenció. Para el público de Miami está claro que Nadal también está impactando. El mallorquín quiere que eso se traslade a la cancha y alcance por primera vez los cuartos de final de un Masters Series.
