VILLARREAL.- El festival de juego y goles desplegado por el Villarreal ante el Getafe, al que derrotó por 4-0, permite al conjunto castellonense, tras los resultados obtos esta jornada por su rivales directos, reengancharse a la zona que permite la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones.
El conjunto de Manuel Pellegrini ofreció todo un recital de juego y, por fin, de acierto en la portería rival, en un partido muy completo en el que los amarillos no echaron de menos la ausencia de su gran figura, el argentino Juan Román Riquelme.
Tras unos primeros minutos de tanteo, en los que ya se apreció la apuesta del juego de toque por parte de ambos equipos, el Villarreal golpeó primero con un gol de Sorín, tras prolongar con su remate un cabezazo de Gonzalo, sobrepasados los diez minutos de juego.
La ineficacia de finiquito que había caracterizado al Villarreal en las últimas jornadas sufrió un nuevo revés, ya que los castellonenses marcaban el 2-0 en su segunda aproximación a portería, tras un forzado remate de Forlán que contó con la colaboración de Pernía.
El Getafe estaba herido tras los dos golpes recibidos y los pupilos de Pellegrini pasaron por encima del conjunto madrileño, con un Luciano Figueroa muy incisivo que puso en muchos apuros al meta Sánchez Broto y que antes de llegar a la media hora mandó el balón al vertical.
El Villarreal, que había ejercido una gran presión en la medular y había ofrecido un espectacular juego ofensivo, se tomó un respiro en los minutos finales, lo que aprovechó el Getafe para acercarse por primera vez con peligro a las inmediaciones de Pepe Reina, aunque no llegó a rematar entre los tres palos.
En la reanudación, más de lo mismo. Aún no se había cumplido el primer minuto de juego cuando Cazorla sorprendió a Sánchez Broto con un zurdazo desde 25 metros que suponía el 3-0 y dejaba el partido visto para sentencia.
Por sí quedaba alguna duda, Forlán se apuntaba el segundo de su cuenta personal, lo que permitió al Villarreal bajar la intensidad de su juego y apostar por un fútbol más pausado, con mucho toque, ante un Getafe que actuó de convidado de piedra y en el que tan sólo el voluntarioso Kome dio alguna sensación de peligro.
