VILLARREAL.- Con algo más de media hora sobre el horario que inicialmente estaba previsto, Antonio Valencia apareció por la terminal del aeropuerto de Manises. Las agujas del reloj apuntaban hacia las 17.45 horas. Ataviado con ropa deportiva, con una bandolera cruzando sobre su cuerpo, sonriente, y con perceptibles síntomas de cansancio en su rostro, el centrocampista ecuatoriano recibió la bienvenida oficial por parte del Villarreal en la figura de Manuel Llorca.
Las primeras manifestaciones realizadas por el jugador tuvieron al técnico chileno Manuel Pellegrini como principal eje temático.
"Es una motivación especial para mí que un técnico como Pellegrini me reclame. Es un orgullo", dijo Valencia.
El internacional resaltó el salto cuantitativo que ha emprendido aceptando la propuesta del Villarreal: "Lo más importante es que vengo a defender a un equipo que va a jugar la Liga de Campeones".
Su reto implica lograr un papel estelar en el colectivo. "Aspiro a aportar algo importante a este club", añade.
Valencia recibió el tributo de la colonia de ecuatorianos afincados en la Comunidad Valenciana. Alrededor de una veintena de compatriotas se arremolinaron en torno a una de las principales promesas del fútbol sudamericano. Los flashes de las fotos y los obligados autógrafos fueron sus obligados quehaceres tras pisar suelo español.
