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Ciclismo: Laboratorio desmiente que dóping por EPO sea de Armstrong

El Laboratorio Nacional de Detección de Dopaje Chatenay-Malabry dijo en un comunicado que no tiene la posibilidad de atribuir un nombre a los resultados de un análisis de muestras del Tour de 1999.

23 de Agosto de 2005 | 09:43 | EFE



Armstrong perdió juicio
En julio de 2004, Armstrong perdió el juicio contra los autores del libro "L.A. Confidential, los secretos de Lance Armstrong", en el que se le acusaba de dopaje. Era la segunda vez que el corredor del Discovery Channel veía rechazada su demanda de incluir una aclaración en el libro.
Para el escritor Pierre Ballester, autor de la mencionada obra junto al inglés David Walsh, las revelaciones de L’Equipe "no son ninguna sorpresa".
"No hacen más que acreditar y corroborar el trabajo de investigación que hicimos a través del libro", subrayó.
MADRID/PARIS.- El Laboratorio Nacional de Detección de Dopaje Chatenay-Malabry (LNDD), con sede en París, anunció en un comunicado que no puede confirmar si las muestras analizadas del Tour de Francia 1999 y que contenían restos de EPO (eritropoietina), pertenezcan al estadounidense Lance Armstrong.

Según el citado comunicado, la LNDD aceptó que transmitiría "informaciones anónimas sobre los análisis retrospectivos de búsqueda de EPO en las muestras del Tour de Francia de 1998 y 1999, en colaboración con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)". Y anunció que no excluye el empleo de "procedimientos disciplinarios".

"El laboratorio no tiene la posibilidad de atribuir un nombre a los resultados de un análisis y no tiene capacidad para confirmar la filiación hecha entre los resultados de la búsqueda y los procesos-verbales nominativos publicados por el diario L’Equipe", añade el comunicado.

Las siete victorias consecutivas del estadounidense Lance Armstrong en el Tour de Francia fueron cuestionadas de nuevo, tras las revelaciones publicadas hoy por el diario francés L’Equipe, en las que se afirma que el corredor dio positivo por EPO (eritropoietina) en la edición de 1999, primera que ganó.

Según el rotativo, los análisis fueron efectuados por el Laboratorio Nacional de Detección de Dopaje de Chatenay-Malabry, descubridor en el año 2000 del método que permitía detectar, a través de un análisis de sangre y otro de orina, la presencia de EPO.

Los análisis de un conjunto de muestras anónimas conservadas del Tour de 1998 y de 1999 se hicieron a partir de diciembre del pasado año y no tenían intención de descubrir a ciclistas que se habían dopado, sino afinar en los criterios para la detección de positivos y lo hizo el laboratorio francés en colaboración con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

"No se trataba de un control antidopaje. Los análisis se han realizado en el marco de unas investigaciones científicas, que se inscriben dentro de un programa de búsqueda más largo. Buscamos construir un modelo matemático de detección de la EPO", declaró Jacques de Ceaurriz, director del laboratorio.

"Nosotros no tenemos ninguna duda sobre la validez del resultado", añadió Ceaurriz, quien aseguró que, aun en el caso de que las muestras se hubiesen estropeado, "o sea, que la EPO se degrade y se vuelva indetectable, la proteína permanece en buen estado".

A partir de ahora, según desvela L’Equipe, la USADA (Agencia Estadounidense Antidopaje) puede abrir una investigación sobre este caso.

¿Qué es la EPO?
La EPO es una hormona que produce el riñón de forma natural para mantener la concentración de glóbulos rojos en la sangre, pero que puede ser sintetizada en el laboratorio y ser aprovechada para conseguir un mayor aporte de oxígeno a los músculos.
El deportista consigue, mediante la EPO, retrasar la aparición de la fatiga, por lo que sus efectos son más apreciables en especialidades de esfuerzo sostenido, como el ciclismo, el esquí y el atletismo de fondo.
La historia del primer Tour de Armstrong

Las muestras de orina analizadas corresponden a cinco etapas de la ronda francesa de 1999 (prólogo, novena, décima, duodécima y decimocuarta). En dos de ellas, Armstrong dejó sentenciado el Tour.

El 3 de julio de 1999, Armstrong se vistió de amarillo en el arranque de la edición 86ª del Tour al imponerse en la etapa prólogo, disputada en Puy du Fou sobre un recorrido de 6,8 kilómetros que recorrió en ocho minutos y dos segundos.

El segundo mejor tiempo fue para el suizo Alex Zuelle (Banesto), que junto a Armstrong había partido como uno de los favoritos, y el tercero para el español Abraham Olano (ONCE), que invirtió 8:13, cuatro segundos más que Zuelle (8:09).

Diez días después, en la novena etapa, Armstrong dictó sentencia en el trayecto entre Le Grand Bornand y Sestriere, de 213,5 kms, primera de alta montaña por los Alpes, que se adjudicó con una exhibición de fuerza en la subida a Sestriere.

Poco después comenzaron los rumores sobre los supuestos privilegios de que gozaba Armstrong, en materia de control antidopaje, por su pasada enfermedad (un cáncer de testículos con metástasis cerebral).

Armstrong quiso exteriorizar su enfado en Saint Galmier y se retrasó en el protocolario acto del control de firmas. El norteamericano no entendía por qué se intentaba ensombrecer su primer puesto en la general.

Por la mañana el estadounidense pasó, junto a otros 39 corredores, control de sangre de la UCI. Ninguno superó el límite del 50 por ciento en el hematocrito.

"Yo vivo y me entreno en Francia, un país con un estricto reglamento en materia de dopaje. Si tuviera algo que ocultar no estaría compitiendo aquí. He estado sobre la cama de un hospital enfrentándome a la muerte, y no puedo hacer nada más contra estos rumores", señaló Armstrong, que precisó que la última sesión de quimioterapia a la que se sometió fue el 13 de diciembre de 1996.

La reacción de su defensa

"Para nosotros son alegaciones. Mientras no hayamos podido examinar lo que dice el periódico, no nos es posible hacer comentarios en caliente", comentó hoy Donald Manasse, abogado del corredor.

Las reacciones fueron inmediatas. El propio Armstrong reiteró, en su página web, que "jamás" ha tomado "drogas que pudiesen mejorar los resultados" y calificó como "periodismo de escándalo" las informaciones publicadas por el diario L’Equipe.

"El diario (L’Equipe) admite en su propio artículo que el método científico en cuestión tiene fallos y que yo no tengo ningún medio para defenderme. Ellos dicen: no habrá ningún contraanálisis ni persecuciones reglamentarias, en el sentido estricto, puesto que los derechos de la defensa no podrán ser respetados", continuó.

En declaraciones a EFE, Miguel Induráin, quíntuple ganador del Tour, comentó: "Me parece mal que después de unos años se empiece a remover, me parece extraño y no sé si hasta es legal guardar esas muestras".

En relación con esta noticia, L’Equipe recuerda que en 1999 el test de orina de la EPO no existía y que sólo fue validado por la Unión Ciclista Internacional en abril de 2001.

Induráin señaló al respecto: "Son normas contradictorias. No sé cómo está exactamente el reglamento ni cómo estaba entonces, eso tendrá que ser la UCI la que se pronuncie, pero me parece extraño empezar ahora a remover algo de entonces".

El director del Tour de Francia, Jean-Marie Leblanc, comentó: "Estamos perplejos y muy preocupados por las revelaciones que hemos conocido este martes. Es un dossier que me parece creíble, pero vamos a esperar a lo que digan Armstrong y sus médicos antes de formar una opinión completa. No aullemos como lobos antes de tener una explicación".

El ministro francés de Deportes, Jean-Francois Lamour, consideró: "Allí donde se encuentren los tramposos, y sea cual sea el momento, antes, mientras o después de una competición, no estarán al abrigo de este tipo de conclusiones que son a la vez muy tristes pero que son también un formidable avance para la lucha contra el dopaje".

También expresó su sorpresa ante la noticia Eric Bouvat, médico del equipo ciclista AG2R. "Mi sorpresa es tal que me gustaría saber si, verdaderamente, es cierta. De ser así, sería una catástrofe para el mundo del ciclismo. En el deporte pasa como en todo, y no siempre se utilizan medios lícitos para conseguir algunos objetivos. Todo se ha vuelto muy complejo", señaló.

Daniel Baal, ex presidente de la Federación Francesa de Ciclismo, comentó: "El mito no tiene más razón de ser desde el momento en el que la mentira está clara, con las evidencias de hoy".

Para el francés Raymond Poulidor, ganador de la Vuelta a España en 1964, las revelaciones demuestran que "los controles son ineficaces".

"No sé qué podemos hacer. El (Armstrong) hizo lo mismo que el resto, y en consecuencia sólo podemos decir que los controles son ineficaces", añadió.

Mientras, Eric Boyer, director deportivo del equipo Cofidis, dijo: "Si verdaderamente se demuestra, esto significaría que el sistema de control antidopaje es muy frágil, aunque me gustaría esperar a escuchar a Armstrong, para saber si es capaz de asumir todo lo que se está diciendo. Se ha abierto la caja de los truenos".

Las informaciones publicadas son una muestra más de los numerosos rumores que han acompañado a Armstrong durante su carrera deportiva, a la que puso fin en julio pasado, tras ganar el séptimo Tour.

También fue L’Equipe el que, en enero de 2001, publicó que una jueza francesa, Sophie-Helene Chateau, había ordenado analizar las muestras de orina de los corredores del US Postal, que tenía a Armstrong como jefe de filas, tomadas durante la anterior edición del Tour.

En noviembre de 2000, la Fiscalía de París abrió una investigación por presunta "infracción de la ley relativa a la prevención del uso de productos dopantes", tras recibir una carta anónima que informaba del uso de sustancias prohibidas en el US Postal.

El anónimo llegó a la Fiscalía después de que la prensa se hiciese eco de unas declaraciones de un equipo de televisión de la cadena France 3, que dijo haber observado en varias ocasiones, durante el Tour 2000, a dos individuos bajar de un coche del US Postal y tirar a la basura bolsas de plástico con compresas y envoltorios de medicinas extranjeras.
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