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US Open: Blake sorprende a todos y elimina a Nadal

El estadounidense se impuso en cuatro sets a uno de los máximos favoritos para llevarse el título en Flushin Meadows.

03 de Septiembre de 2005 | 15:41 | DPA
NUEVA YORK.- El estadounidense James Blake puso freno a las ilusiones del español Rafael Nadal en Nueva York, al vencerlo en tercera ronda del US Open por 6-4, 4-6, 6-3 y 6-1, en 2:27 horas de juego.

El segundo favorito Nadal, que era considerado uno de los candidatos a llegar a la final, tropezó con una gran actuación de Blake, número 49 del ranking de la ATP y quien recibió un wild card para jugar en Flushing Meadows.

Nadal, que repitió vestuario con respecto a su último partido, ya había salido airoso en dos choques con invitados estadounidenses, ante Bobby Reynolds y Scoville Jenkins.

Pero hoy el tenista oriundo de Tampa sorprendió ya en el arranque del partido disputado en el estadio Arthur Ashe, al quebrar para 5-4, y aprovechar enseguida su segundo punto para set. Antes, una pelota que le cantaron como mala, había despertado el enojo de Nadal.

El mallorquín ensayó enseguida una recuperación. Tuvo un triple break point para 5-3 que Blake levantó en gran forma, pero Nadal se cobró "revancha" en el último game, y se llevó el segundo set por 6-4.

Parecía entonces que el visitante se había reencontrado con su mejor tenis, al tiempo que eran cada vez más frecuente la imagen de su puño izquierdo apretado y el sonido de su "vamos, vamos" con cada punto peleado y ganado.

Pero Blake, que jamás había llegado a octavos de final en el US Open, sabía que éste era su día, y siguió pegándole a la pelota con mucha potencia y subiendo con frecuencia a la red.

El estadounidense quebró para 3-2 con un espectacular globo para, abriendo el camino para quedarse con el tercer set.

Nadal no encontraba la salida al enigma que le presentaba Blake, al que nunca había enfrentado antes, y en el cuarto set se terminó de desbarrancar.

En la manga final, Blake sumó otros dos quiebres y cerró la historia en 2:27 horas, haciendo explotar de alegría a los hinchas locales en las gradas.

Nadal, en tanto, tomó su bolso y se fue cabizbajo al vestuario, quizá lamentándose de la oportunidad perdida. En este caso, la tercera fue la vencida.
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