NUEVA YORK.- El suizo Roger Federer buscará mañana ante el estadounidense Andre Agassi retener su corona de campeón del US Open, tras derrotar en semifinales al australiano Lleyton Hewitt.
El máximo favorito Federer, ganador de cuatro certámenes de Grand Slam en su carrera, se impuso al tercer preclasificado Hewitt por 6-3, 7-6(0), 4-6 y 6-3, en tres horas exactas de partido.
El número uno del mundo pretende llevarse el décimo trofeo de la temporada en Nueva York, y el quinto Grand Slam en su carrera.
Además, si vence a Agassi -contra el cual tiene un récord favorable de 7-3, con siete triunfos consecutivos- habrá sentado una nueva marca de partidos ganados al hilo sobre pista dura, que hoy comparte con el estadounidense Pete Sampras (34).
Federer se ha convertido en la "bestia negra" de Hewitt, al que ha derrotado en sus últimos nueve enfrentamientos (11-8, el récord a favor del suizo). Además, es el quinto torneo de Grand Slam en que el número uno del mundo se interpone en el camino del "aussie".
El primer set fue un rápido trámite para Federer, en un partido todavía "frío" en el court, pero "caliente" en las gradas, con los fans estadounidenses alentando a Hewitt, seguramente por considerar que el australiano sería un rival más accesible para Agassi mañana.
En el segundo, Federer quebró en el primer y en el séptimo juegos, con Hewitt devolviéndole gentilezas inmediatamente en cada caso. Pero el australiano "se enchufó" definitivamente y el suizo comenzó a jugar algunas pelotas con cierta displicencia.
Así, Hewitt dispuso de tres sets points para 6-5 y otros dos para quebrar para 7-5. Sin embargo, cuando Federer "se enoja", se transforma en una máquina: levantó los cinco sets points, y en el tie-break fue implacable, dejando a su rival en cero.
El australiano ya había comenzado a quejarse por los "foot-fault" (por pisar la línea al sacar) que le cobraba el juez de silla, en total nueve en el match.
Para entonces, el partido en el Arthur Ashe ya se había transformado en partidazo. Hewitt, que jugó a un nivel similar al que tenía cuando era primera raqueta del mundo, quebró en el séptimo juego y se llevó el tercer set, el primero que lograba sacarle a Federer después de 17 perdidos.
Pero Federer reaccionó enseguida. No estaba dispuesto a llevar la historia a cinco sets, sobre todo pensando que en menos de 24 horas tendría que salir a jugar ante Agassi. El suizo quebró el servicio de su oponente en el sexto juego, y lo liquidó en el noveno, con una pelota de Hewitt que se fue ancha.
El público estadounidense, entonces, más allá de sus preferencias y de que mañana Federer será su "enemigo", se rindió a los pies del suizo, con un fuerte aplauso.
