NUEVA YORK.- Roger Federer sigue imparable, y ni el "mágico" Andre Agassi, ni el jugar de visitante en un estadio plagado de fans estadounidenses pudieron evitar que el suizo levantara por segundo año consecutivo la corona del US Open.
El número uno del mundo Federer superó al veterano Agassi por 6-3, 2-6, 7-6(1) y 6-1, en 2:20 horas de juego, y arruinó la fiesta que más de 23.000 fanáticos tenían previsto vivir en el estadio Arthur Ashe.
Agassi, de 35 años, dio lo mejor de sí, y entregó momentos de gran tenis, pero no pudo ante un Federer que aniquila a sus rivales cuando siente que tiene "la soga al cuello". Así, el tenista de Las Vegas se quedó a las puertas de conquistar su tercera corona en Flushing Meadows y su noveno torneo de Grand Slam en general.
Federer, de 24 años, conquistó así en Nueva York su décimo trofeo en la temporada, y el sexto Grand Slam en su carrera. Además, se convirtió en el primer tenista en la era abierta del tenis que hace "doblete" en Wimbledon y en el US Open, en dos temporadas consecutivas.
El suizo -ahora poseedor de un récord favorable de 8-3 sobre Agassi, con ocho triunfos consecutivos- sentó además un nuevo récord de partidos ganados al hilo sobre pista dura, 35, uno más que otro ídolo estadounidense, el ya retirado Pete Sampras.
Federer se llevó el primer set gracias a su quiebre para 4-2. Hasta ahí el suizo, especialmente cuando jugaba pelotas profundas, hacía fácil lo que a su rival le costaba mucho más. Agassi levantó tres
break-points en el octavo juego y demoró un poco la victoria parcial de Federer.
La multitud ya empezaba a jugar para Agassi, y cada vez que su ídolo estaba en problemas hacía oír el "¡Let’s go Andre!" ("¡Vamos Andre!") para alentarlo.
La comunión energética con su gente potenció a Agassi, quien jugó un segundo set a nivel. El revés comenzó a darle problemas a Federer, y el tenista local rompió para 2-0, y después salvó tres
breaks points para escaparse 3-0 primero y llevarse el set por 6-2 con otro quiebre, en el último juego.
El tercer set sería entonces crucial. Agassi quebró para 4-2 y Federer pareció "enojarse" consigo mismo. Y reaccionó enseguida, pagándole a su oponente con "la misma moneda" en el séptimo juego, y con un poco más de precisión en sus golpes.
Con el marcador cinco iguales, Federer tuvo su gran oportunidad -en realidad cuatro chances- de quebrar y sacar para el set, pero la desaprovechó ante un Agassi que no se da por perdido ni aún perdido. Después cada uno mantuvo su saque y llegó el
tie-break.
Y al igual que el sábado en semis ante el australiano Lleyton Hewitt, Federer jugó hoy un
tie-break casi perfecto, se anotó siete puntos seguidos y dejó a Agassi al borde de la cornisa.
El cuarto set pasó como una ráfaga (22 minutos) y nunca estuvo en duda el dominio de Federer, que quebró para 2-0 y 4-0. Tuvo tres match points para cerrar la historia en cero, pero Agassi le regaló unos minutos más a su gente. Entonces, el suizo sirvió para partido y gritó "¡yes!", después de una pelota larga de su rival.
Federer lleva ganadas las últimas 23 finales que disputó, y las seis veces que peleó por un título de Grand Slam, siempre salió vencedor. Hoy, en terruño ajeno, no fue la excepción.
