SHANGHAI, China.- El suizo Roger Federer superó el desafío que le planteó el argentino David Nalbandian para vencerlo por 6-3, 2-6 y 6-4 en el comienzo del Masters memenino, donde busca coronarse por tercera ocasión consecutiva.
"Tuve buenos y malos momentos", dijo Federer, el primer preclasificado, quien juega por primera ocasión en siete semanas, tras sufrir una lesión en un tobillo. "Luego de la lesión estoy contento por volver".
El suizo se desplazó sin problemas por la cancha, y parecía encaminarse a un triunfo fácil. Colocó la pelota a ambos costados de la cancha, y se repuso de un triple break point, en 0-40, para conservar su saque en el tercer game. Luego, rompió el servicio de Nalbandian en el sexto, para llevarse el set inicial.
Pero el derecho argentino, quien no tenía contemplado participar en este torneo de ocho jugadores sino hasta que el estadounidense Andy Roddick se retiró hace unos días por una lesión, mejoró su nivel de juego.
En riesgo de rompimiento en el quinto game, Nalbandian perdió sólo tres de los 19 puntos siguientes, para igualar la partida a un set por bando.
Nalbandian, quien venció a Federer en sus primeros cinco enfrentamientos pero ha perdido los últimos tres, siguió presionando. Perdió sólo dos puntos en sus primeros dos servicios del comienzo del tercer set. Cuando rompió el saque de Federer en el cuarto game, tomó una ventaja de 3-1.
Pero el suizo mostró a los escasos espectadores en el estadio Qi Zhong por qué ha sido el primer sitio del escalafón mundial durante los últimos dos años.
"Aproveché la oportunidad que él me dio", dijo Federer sobre los cinco games de seis que ganó al final del partido. Llegó a llevarse 14 de 18 puntos para tomar una ventaja de 5-3.
"No tenía expectativas", dijo. "Estaba preparado mentalmente para perder en dos sets".
En vez de ello, Federer colocó en 78-3 su foja durante el año. De ganar sus otros dos duelos en la ronda de todos contra todos, así como el título del torneo, el suizo podría igualar el récord de porcentaje de triunfos, de .965 en un año, impuesto por John McEnroe, la mejor marca en la era del tenis profesional.
