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Un navegante que "timonea" su motocicleta por el mundo

El suizo Guido Bagner lleva los últimos dos años recorriendo el mundo a bordo de su motocicleta. Hasta ahora Europa y África han sido parte de su ruta, en esta oportunidad se dirige al norte hasta llegar a Alaska, aunque antes deberá completar la Regata del Norte.

02 de Febrero de 2007 | 06:59 | Patricio Yévenes, enviado especial a Coquimbo
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El suizo Guido Bagner espera en dos años haber completado su objetivo: haber recorrido los cinco continentes en su moto.

Max Montecinos, CNO

LA HERRADURA.- En pleno desarrollo de la Regata ENTEL PCS Norte 2007, entre los yates y navegantes se encuentra un personaje especial. Si bien es parte de la tripulación del Ventarrón, su estadía en la Cuarta Región se debe a una coincidencia del destino.

Es que Guido Bagner, suizo de 40 años, se encontró con algunos amigos en Santiago, mientras realizaba una de las tantas estadías que en estos dos años han caracterizado su viaje por el mundo a bordo de una moto KTM.

"Ellos me invitaron a navegar y, a pesar que no conocía a nadie, me gustó la idea y aquí estoy. La próxima semana vuelvo a Santiago, reparo algunos aspectos técnicos en mi equipo y continúo el viaje por el norte, hasta llegar a Alaska", comenta.


Sin embargo, la historia de su travesía por el mundo se remonta al 4 de abril de 2004, cuando decidió emprender rumbo por el Centro de Europa, luego recorrer todo África, cruzar el Atlántico, llegar a Buenos Aires, ingresar a Ushuaia, para luego llegar a Chile, siempre montando su moto.

Sus destinos en el sur fueron específicos: Torres del Paine, Pucón, Villarrica y luego Santiago, siempre con la idea fija de recorrer América de sur a norte, para luego ir a Australia, Asia y retornar a Europa dentro de los próximos dos años.

La idea de abordar una moto surgió cinco años antes que comenzara el viaje. "En esa oportunidad llegué de una de mis 12 visitas a África y decidí realizar una aventura mayor. Trabajé durante cinco años como administrador de bases de datos, viví de una manera muy austera, lo que se facilitó porque soy soltero, no tengo hijos, casa, ni siquiera auto", explica Bagner.

Además, comenta que para poder reunir el dinero suficiente como para realizar su travesía por el mundo, debió trabajar durante los fines de semana como discjockey en distintas ciudades de su natal Suiza.

"Cuando estaba planeando mi viaje me acerqué a KTM, ellos me hicieron un descuento por el precio de mi moto, además, me regalaron ropa necesaria como para iniciar mi viaje, es decir, me ayudaron casi en un 10 por ciento, el resto de los costos corren por mi cuenta", manifiesta el motoquero navegante.


El equipo para el viaje consta de una carpa, saco de dormir, cocinillas y ollas, repuestos para su moto, además de ropa y provisiones necesarias para el camino.


"Siempre quise hacer el viaje en moto, primero porque en Suiza competí en enduro, después, porque me da una libertad inigualable, es menos costosa que un auto –rinde 20 kilómetros por litro-; además, en mi país el clima es demasiado frío, sólo puedo subir a la moto cinco de los 12 meses del año", comenta.

Un jabalí en el camino

Durante estos dos años de viajes y motocicletas, muchas han sido las aventuras que han caracterizado esta travesía. Sin embargo, para Bagner su paso por África fue "especialmente particular", ya que vivió más sin sabores que experiencias positivas.


"Dos semanas antes de ingresar a Nigeria compré una Visa, pero me la vendieron con fecha del año anterior. Por lo tanto, a través de la embajada me di cuenta que hacían negocios turbios. Finalmente debí comprar una nueva Visa para poder continuar mi viaje", explica.

Sin embargo, la peor de sus experiencias la vivió 120 kilómetros antes de llegar a Sudáfrica. "Conducía mi moto a 100 km­/h, y de pronto se me cruzó un jabalí, me di vuelta varias veces, quedé en el piso. Media hora después llegó ayuda, me llevaron al hospital y me dijeron que mi brazo estaba dislocado, perdí musculatura del hombro, me quebré un hueso de la mano, tuve una herida profunda en la rodilla y el casco se partió en dos, además, el jabalí murió", explica Bagner. 


Después del accidente, el destino obligado fue Suiza. Dos operaciones, más nueve meses de tratamiento, en base a reposo y fisioterapias, permitieron que en junio de 2006 pudiera retornar a África para continuar su aventura por el mundo.


Hoy en Chile ya definió su próximo destino, lo primero es terminar la regata en la Cuarta Región, después una estadía en Santiago y luego partir al norte, rumbo a San Pedro de Atacama, Bolivia, Centro América y Alaska.

"Espero terminar mi viaje en dos años más. Sólo entonces podré decir que recorrí los cinco continentes", declara Bagner.

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