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La increíble historia de Curicó, el nuevo campeón de Primera B

Hace tres años los albirrojos jugaban en Tercera y hace diez estuvieron a punto de desaparecer tras contar con un solo socio. Su historia tiene relación además con la fundación de las tres máximas divisiones del fútbol chileno.

28 de Octubre de 2008 | 08:09 | Leonardo Salazar Molina, enviado especial a Curicó
CURICÓ.- En diciembre de 2004 Curicó Unido jugaba en Tercera División y empataba 1-1 con Ñublense en Chillán. Se jugaba el minuto 94 y aquella igualdad le daba los pasajes a los albirrojos a la Segunda División.

En el otro banco estaba Luis Marcoleta y festejó como orate cuando Vladimir Herrera, un defensor, marcó el 2-1. Los curicanos se querían morir. Su sueño de volver al fútbol profesional tras 15 años se esfumaba en los descuentos y los fantasmas del magro pasado asomaron con fuerza. Ñublense le quitó el título a Curicó y subió a la Primera B.

Al año siguiente, el equipo curicano sí pudo. El técnico Eduardo Cortázar lideró la parte final del torneo que entregó los pasajes definitivos para el triunfo naturalmente con una emoción de aquellas.

El 28 de diciembre de 2005, Curicó no sólo debía ganar a un juvenil equipo de Iberia, que llegaba sin chances, sino que en el norte, Iquique debía al menos empatarle a Trasandino, que tenía la primera opción (y jugaba a la misma hora).

En casa, Curicó hizo su tarea y ganó fácilmente por 4-0, a un Iberia que tenía en su banca a Luis Marcoleta.

Pero hasta el minuto 39 Trasandino ganaba por 1-0 y era el campeón. Allí apareció Andrés Carrasco, un defensor que de 'palomita' marcó el empate. Los pocos hinchas de Iquique apenas festejaron, pero en La Granja quienes lo seguían por radio se desbordaron.

Por un mal dato, la gente curicana apostada en el estadio escuchó que el partido había finalizado e ingresó a la cancha a festejar. Mientras muchos lloraban de alegría, algunos pocos escuchaban que la pelota aún rodaba en el Tierra de Campeones.

Si hubiera anotado el segundo gol Trasandino, la cosa estaba para la mejor película de desastres de la historia. Pero no, al cierre se mantuvo la igualdad y Curicó volvió tras 16 años al fútbol profesional.

Al borde de desaparecer

En 1999 el presidente de Curicó Unido, Mario Muñoz, citó dos veces a reunión de socios. Ambas asambleas fracasaron porque en ella había un solo integrante: él mismo. Luego de deambular bajo mecenazgos en los 70 y 80, el club cayó en un precipicio total que lo tuvo a punto de bajar la cortina.

Al año siguiente, Muñoz recibió el apoyo de un grupo de empresario y amigos de la ciudad y, ahora liderados por Julio Ode, comenzaron a levantar el club.

A decir verdad, el club en 1999 no sólo tenía al dirigente Muñoz, sino que desde las gradas apoyaban un grupo de pelucones llamados "Los Marginales" que eran el soporte anímico de la institución.

Factor Marcoleta

Si los curicanos lograron culminar un proceso sembrado en 2000 y que los tuvo en seis años, desde la nada, en Primera B -y en tres posteriores en Primera- fue por la seriedad del proyecto que tuvo su guinda con Luis Marcoleta.

El DT arribó a la ciudad en el verano y revolucionó de entrada las formas de ejercer su labor. Con sesiones psicológicas, de videos y teóricas nunca vistas en el club, el experimentado estratega (que había logrado ascensos con Deportes Talcahuano y Ñublense) marcó una pauta.

Antes del duelo ante Puerto Montt, Marcoleta les mostró a sus dirigidos un video sorpresa. A horas del partido final, el DT puso play y aparecieron en escena familiares de los jugadores deseándole lo mejor a los suyos.

Fue el último paso del primer triunfo verdadero de este club. Un ascenso que se forjó durante el año y que es festejado con emoción por quienes marcaron una pauta en Tercera División y en los momentos malos, con ese equipo que llevaba gente a todos lados.

Los albirrojos se pasean orgullosos, liderados por "Los Marginales", que con el tiempo lograron organizarse y se fundaron con personalidad jurídica finalizando su proceso, ese de tratar de hacer bien las cosas.

Curicó Unido se fundó el 26 de febrero de 1973. Ese día, un grupo de dirigentes viraron a la institución que albergaba el fútbol en la ciudad: Bádminton. El equipo santiaguino había llegado en 1970 a la Séptima Región tras deambular sin éxito en la Quinta Normal.

En 1933 se había fundado, en la secretaría del Bádminton, el fútbol profesional chileno, entre ocho clubes con lo que indirectamente Curicó se hacía presente en ese acto fundacional. Tras fusiones abortadas con Ferroviarios, el Bádminton arribó a Curicó y pereció de muerte natural ese 73.

Antes del Bádminton, Curicó tuvo fútbol profesional con el Club Alianza, que fue uno de los cuatro elencos de provincia que fundaron en 1955 la división de Ascenso del fútbol nacional.

Por último en 1981, los equipos que quedaban a la deriva de las dos divisiones decidieron armar una serie amateur, pero que tuviera la chance de dar cupos en cancha para Segunda. Se fundó ese año la Tercera División con un integrante de la ciudad, Curicó Unido en propiedad.

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