SANTIAGO.- No se puede creer, simplemente no se puede. Porque van 73', Chile es dueño de la pelota y Brasil -en inferioridad numérica por expulsión de Felipe Melo- de los desplazamientos inútiles, esto es, correr y correr tras la pelota.
Hasta que aparece Maicon, solito por el carril derecho, saca un centro al área sin marca alguna y Nilmar, que es más bajo que Waldo Ponce, pero más vivo, porque gana en el primer movimiento, y mete el balón en el rincón derecho de Claudio Bravo.
No se puede creer. Chile había hecho lo que parecía imposible: remontar un 0-2 en cancha brasileña, ejercer el dominio del trámite y ahí, al alcance de la mano, estaban la ventaja y los pasajes a Sudáfrica...
Pero en instantes se pudrió todo.
Nilmar primero, con el 3 a 2 para los pentacampeones. Dos minutos después, el citado Nilmar -que también se matriculó con el primer tanto de la noche- cierra el juego tomando un rebote de Claudio Bravo.
No se puede creer. Y como si fuera poco, Alexis Sánchez recibe la segunda amarilla por fastidiar al réferi Jorge Larrionda y se va a las duchas. Gran pérdida: el "Niño Maravilla" había generado el penal y la expulsión, responsabilidades, ambas, del desafortunado Felipe Melo.
Adiós victoria, hazaña y clasificación a la Copa del Mundo a dos fechas del fin de las rondas preliminares.
Recapitulemos: Chile perdía por 2 a 0, empata, juega mejor con uno más y luego está cerca de la hazaña. ¿Y qué es, finalmente, lo que sucede? Todo lo contrario: la Roja vuelve a cometer los mismos y ya cargantes errores de concentración de toda una vida, pierde por 4 a 2, se calientan los ánimos y hay que seguir esperando para matricularse en el Mundial de 2010.
Atención: no es que todo haya sido perfecto hasta el segundo festejo de Nilmar. Porque el primer grito brasileño es parecido al tercero: Ponce mira caer una pelota y cuando quiere reaccionar, el balón ha tocado las redes nacionales.
Para qué hablar del segundo: error infantil de Gonzalo Jara (jugar una pelota hacia el medio, tal cual lo hizo Mauricio Isla en el 1-1 parcial ante Venezuela) y tanto de Julio Baptista. ¿Es que no aprenden los muchachos de rojo?
Después apareció Humberto Suazo y pudo igualar, gracia que, en todo caso, no duró mucho.
Y nada. Chile ha sumado un punto de seis, lo peor en esta clasificatorias, cayó del segundo al tercer puesto y el compromiso ante Colombia, de visita, será lo más parecido a una batalla.
Será, entonces, más de lo mismo. Habrá que sufrir hasta el final, hasta el último segundo. No queda otra.