Pellegrini comienza a llamar jugadores.
Agencias
SANTIAGO.- Antes que termine la actual temporada ya se habla de que el Málaga será parte del selecto grupo de los equipos de España que contarán con un presupuesto de 100 millones de euros. Los otros son nada más que el Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia y Sevilla.
Y claro, con ese dinero en mente (50 millones, la otra mitad será para construir una ciudad deportiva) el nivel de las posibles incorporaciones sube mucho. En la prensa española se habla de unos ocho fichajes que se pondrán a disposición de Manuel Pellegrini, quien habría puesto ojo en futbolistas de un equipo en el que estuvo hace poco.
Sí, el Ingeniero iría de pesca al Real Madrid para crear parte de la columna vertebral de su equipo. Como informa La Opinión de Málaga, el defensa Ezequiel Garay, el volante de contención Lass Diarra y el delantero Emmanuel Adebayor serían alguna de las prioridades del técnico nacional.
Otros nombres que suenan, son los más jóvenes. Jugadores de "menor" nivel pero con una proyección mucho más atractiva. Ahí aparecen, por ejemplo, Sebastian Giovinco (Parma), César Delgado (Olimpique Lyon), Coutinho (Inter de Milán), Gokhan Inler (Udinese), Jefferson Farfán (Schalke) o Adel Taarabt (Queens Park Rangers).
Según el mismo periódico "Manuel Pellegrini y el cuerpo técnico quieren contar con el grueso de la plantilla cuando comience el trabajo de pretemporada. Por lo tanto, antes de julio deberían estar fichados un buen número de hombres".
"Además, si el club pretende dar cabida a un grupo de siete u ocho fichajes nuevos, también tendrá que abrir la puerta de salida. La criba en este aspecto puede ser importante ya que hay que incluir a los jugadores cedidos que vuelven este curso y a varios componentes del filial que tienen por contrato formar parte de la primera plantilla blanquiazul el próximo curso, además de los descartes que no cuentan para este curso. Incluso se cuenta con el cupo de tres extracomunitarios con Weligton, Rondón y Sandro Silva", agregan.
Es decir Pellegrini deberá además de mirar hacia arriba, deberá sacar las tijeras, el papel y el lápiz para comenzar a construir una obra equilibrada y de gran envergadura, una que les permita pensar en algo más que salvarse del descenso. El dinero y las ideas, por ahora, están.
