SANTIAGO.- Darío Franco se caracterizó por ser uno de los mediocampistas más técnicos del fútbol argentino, desde su debut en el profesionalismo en 1987 con Newell's Old Boys de Rosario.
Fue dirigido por Marcelo Bielsa en el club "leproso", siendo uno de sus principales hombres de confianza en el plantel. En esa generación compartió con diversos nombres que hoy también se convirtieron en DT, teniendo al "Loco" como referencia. Como es el caso de Gerardo Martino, Mauricio Pocchetino, Eduardo Berizzo o Juan Manuel Llop.
Como jugador, llegó a la selección trasandina en 1990 tras el Mundial de Italia y se convirtió en pieza fundamental del elenco de Alfio Basile que conquistó la Copa América uno año más tarde en nuestro país.
Era titular junto a Diego Pablo Simeone en el sector medio del campo y además se dio el lujo de marcar dos tantos en la victoria 3-2 sobre Brasil, que resultó fundamental para conquistar el torneo.
Pero dos años más tarde todo se fue al piso. Franco era fijo en el elenco "albiceleste", pero en el primer partido del certamen que se jugó en Ecuador sufrió una horrible fractura de tibia y peroné, tras una infracción del boliviano Marco Sandy, que lo dejó varios meses fuera de acción.
Desde entonces, quien en ese momento defendía la camiseta del Zaragoza español, nunca más volvió a ser el mismo futbolista que alcanzó a defender al combinado que conducía el "Coco".
Un año después intentó regresar a tiempo para el Mundial de Estados Unidos, pero no pudo recuperar su buena forma y Basile lo dejó afuera de la lista que jugó el certamen planetario, pese a que lo citó a los partidos previos sin tener mayor ritmo competitivo. Desde allí, nunca más volvió a integrar la "celeste y blanca".
Tras su paso por España llegó a México para vestir la camiseta del Atlas en 1995, donde su carrera vivió un segundo aire. Tres años después firmó en el Monarcas Morelia, club en el que pasó su mejor momento en tierras aztecas.
Fue tanto su éxito que incluso se nacionalizó mexicano y después de su retiro se convirtió en entrenador en ese país.
Logró el título en el Torneo de Invierno 2000 con los de Michoacán, y luego fue subcampeón en el Apertura 2002 y Clausura 2003.
Dejó la actividad en 2004 y dos años después comienza su carrera de técnico, justamente con los Monarcas. Luego tuvo pasos por la banca de Tecos y Atlas, sin mucho éxito.
En el 2010 tiene un pequeño reencuentro con Bielsa. Lo invitó a algunos entrenamientos de la selección chilena y vio cómo trabajaba su mentor.
Después de ese período, llega a entrenar por primera vez en Argentina. San Martín de San Juan fue su estación durante una temporada y luego pasa a Instituto de Córdoba, donde tuvo su mejor versión como conductor técnico.
Condujo a la "Gloria" cordobesa a la liguilla de promoción por el ascenso al fútbol grande, con un fútbol ofensivo con tres atacantes, muy al estilo del rosarino. Allí brillaba con luces propias el joven Pablo Dybala, quien fue vendido al Palermo.
Sin embargo, pese a estar gran parte del certamen en el primer lugar, se cayó en las últimas jornadas y no pudo conquistar el anhelo de subir al fútbol grande, tras perder en la definición ante San Lorenzo de Almagro.
Eso frustró mucho a Franco, quien promediando el certamen 2012/13 dejó la banca de Instituto por la mala campaña y ahora se apresta a su primera experiencia en Chile al mando de la U.
