Una imagen que se repetirá.
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SANTIAGO.- Hasta el mediodía de ayer viernes, todo parecía indicar que Patricio Rubio sería nuevo jugador de Colo Colo. Todo iba encaminado y en Santa Laura hacían ya las maletas para el jugador. Sólo faltaban las firmas, hasta que un llamado trabó toda la negociación.
Desde el Centro Deportivo Azul telefonearon a los dirigentes de Unión Española poniendo en la mesa 200 mil dólares más que lo que ofrecía el cuadro albo por el delantero. En un par de horas
el conjunto laico le arrebataba la carta más segura que tenían en Macul para reemplazar a Carlos Muñoz.
Arturo Salah y sus asesores se enteraron de la situación y la molestia no se frenó. Es que en Pedrero ya no era primera vez que se quedaban con el molde hecho este semestre, en la oferta por un jugador que al final terminó fichando por los universitarios. Al caso de Rubio se suma el paraguayo Juan Rodrigo Rojas y el ex Deportes Santa Cruz, Rubén Farfán.
En Blanco y Negro preguntaron por el guaraní que pertenecía a O'Higgins y la respuesta en Rancagua fue que ya lo tenía listo "hace rato" la Universidad de Chile. En Colo Colo pararon toda opción de llevarlo y se resignaron, porque las cifras que se manejaban eran inalcanzables.
Luego vinieron las negociaciones por Rubén Farfán. Unión Calera había incluso llegado a acuerdo con los albos, pero otra vez la U apareció con más dinero y se quedó con el jugador, al que incluso habían prometido los laicos dejar un semestre más en el conjunto cementero.
"Farfán es un buen jugador, pero no era para llegar al equipo y ser titular. Por eso el monto que se pedía nos parecía desproporcionado y decidimos ver otras opciones", revelaron a El Mercurio fuentes albas.
Fuera de la cancha tampoco se dan tregua y Salah está enfadado con los regentes de Azul Azul, porque habían prometido juego limpio en materia de contrataciones.
