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Los angustiosos y duros meses de la ciclista chilena notificada y luego absuelta de dopaje

Paola Muñoz, quien logró medalla de oro en los Odesur, señala que "mis compañeras de selección me dieron la espalda, ya que en el ciclismo si arrojas positivo es como que tuvieras tiña, nadie te cree".

16 de Agosto de 2014 | 13:33 | Por Javier Ugarte Marisio, Emol

SANTIAGO.- La tarde del 18 de abril todo transcurría normal para la ciclista chilena Paola Muñoz, la misma que en los pasados Juegos Suramericanos Santiago 2014 logró medalla de oro en la prueba de ruta. Se encontraba en su departamento luego de una extenuante jornada de entrenamiento cuando un mensaje a su celular la sorprendió, y mucho.

"Me escribe el presidente del Comité Olímpico de Chile (Neven Ilic) para citarme a una reunión a las 21:00 horas al CEO. La verdad que de inmediato me resultó extraño el horario, sabía que pasaba algo malo. Y así nomás fue. Me dijo que había llegado una notificación donde daba doping positivo por octopamina", recuerda a Emol la nacional de 28 años y madre de una niña de 8.

Desde ese momento todo cambió para Muñoz. "Tras recibir esa mala noticia comencé a averiguar qué era esa sustancia que supuestamente me había provocado el doping. Me contacté con una doctora, una ingeniera en alimentos y un abogado. Yo sabía que existía un error, no podía ser verdad lo que estaba pasando".

Y pensó lo peor, pues las la Federación de Ciclismo y el COCh no la podían ayudar por su condición de doping: "Después de haberme preparado por casi dos años para los Odesur y haber ganado el oro en mi país me estaban acusando de algo que no había hecho, y eso me podía costar una grave sanción, perder mi medalla y el prodar de $618.000".

Muñoz en ningún momento bajó los brazos y se concentró día y noche en demostrar su inocencia. "Sentía que se estaba haciendo un tremendo daño contra mi persona.  Y lo peor de todo que veía cómo algunas personas cercanas se alejaban. Me cerraron muchas puertas, ninguna entidad me acogió, salvo Neven (Ilic), quien a modo personal me entregó toda su ayuda".

En esa misma línea, no tiene problemas en señalar que "de las cinco integrantes del equipo chileno que compitieron en los Odesur sólo Carla Vallejos me llamó y me entregó su apoyo. Al resto de mis compañeras nunca les importó el calvario que estaba viviendo, me dieron la espalda. Eso me ayudó para darme cuenta cómo son las personas, ya que en el ciclismo si arrojas positivo es como que tuvieras tiña, nadie te cree".

Estaba tan convencida en que no se había dopado que gastó más de cinco millones de pesos para la contramuestra, el paquete de documentación, una ingeniera en alimentos y un abogado. "No iba a ser tan irresponsable en pagar tanto dinero de mi bolsillo si no tenía certeza de mi inocencia, y así lo dejamos demostrado. Finalmente el mismo laboratorio de Bogotá (Colombia) que me notificó de doping, la Odepa y la UCI concluyeron que la octopamina que se me encontró estaba en muchos alimentos y que no era una muestra que arrojara culpabilidad de dopaje. Era inocente y todo se aclaró…", recalca ahora más tranquila, luego de los angustiosos y duros meses que le tocó vivir.

Paola Muñoz deja un rato su bicicleta para asegurar que ya está dando vuelta la página de este negro episodio y que no quiere culpar a nadie. Sólo espera que la Comisión Nacional de Antidopaje "entregue lo antes posible la absolución oficial del caso para poder competir en septiembre en el Panamericano específico de pista, que se corre en México, y que da cupos para los Juegos Panamericanos de Toronto 2015".

Termina la conversación, toma su bici y arranca nuevamente su plan de entrenamiento. Paola no se detiene...  

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