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El equitador amateur que hoy compite en la elite internacional y que sueña con los Panamericanos

El penquista Nicolás Imschenetzky fue el mejor chileno en el Mundial Ecuestre por equipos en Normandía, Francia, el mismo torneo donde su compañero Tomás Couve sufrió una impactante caída.

14 de Septiembre de 2014 | 10:06 | Por Javier Ugarte Marisio, Emol

SANTIAGO.-  Aunque ya han pasado 11 días de la impactante caída que sufrió el equitador chileno Tomás Couve en el Mundial Ecuestre de Normandía, Francia, su compañero de selección Nicolás Imschenetzky aún no olvida el accidente que le pudo costar la vida al jinete nacional.

"Tomás y su caballo hicieron todo lo posible por pasar el salto, pero creo que un movimiento del caballo desestabilizó a Tomás, quien terminó pasando por delante de éste. La verdad que pasamos un gran susto.... Intentamos bajar a la pista pero la organización nos detuvo y quedamos todos esperando y con muy poca información", recuerda a Emol desde Francia este ingeniero comercial.

Nacido en Concepción, el deportista cuenta que hace cerca de dos meses Couve tuvo un accidente donde se fracturó la clavícula, pero lo que le ocurrió en suelo galo "fue más serio, pero gracias a Dios ya está bien y lo más importante con mucho ánimo para seguir. Tomás es un gran equitador y se las ha batido solo en Europa por mucho tiempo, haciendo las cosas bien. Se merece lo mejor, por su trabajo y esfuerzo".

Ese mismo esfuerzo que hoy le ha permitido a este empresario del rubro inmobiliario llegar a la elite mundial de la equitación y medirse contra los mejores exponentes, pese a ser un jinete amateur de una disciplina que en nuestro país no cuenta con las condiciones más adecuadas para su práctica.

"Llevo menos de dos años en el ruedo internacional y ahora tuve la oportunidad de competir por primera vez en Europa representando a una selección de Chile. La verdad que fue un sueño cumplido estar en un Mundial. El peso de la bandera se siente mucho", reconoce.

Pero al parecer no sintió mucho la presión de competir en una cita planetaria, pues montando a "Pegase de Talma", fue el único integrante de la escuadra criolla que logró finalizar la primera etapa del certamen. "Me hubiese gustado botar un par de palos menos, pero no es menos significativo porque que se trata del evento más importante de la equitación mundial, y todo estaba diseñado para los que están en el más alto nivel".

Sus inicios en la equitación

Cuenta que la clave para estar hoy compitiendo de igual a igual con los más experimentados del mundo ecuestre se debe a que "tengo la suerte de trabajar con un gran equipo. Creo que si he tenido suerte en algo es de rodearme de gente maravillosa en lo profesional y en el deporte. Mi entrenador en Chile es Rodrigo Carrasco, quien se preocupa de montar y entrenar los caballos todos los días, eso es fundamental".

Y no duda en señalar que el hecho de no ser un equitador profesional le ha obligado a extremar esfuerzos para seguir mejorando día a día su nivel. "Resulta muy difícil dividir el tiempo entre el trabajo, la familia y el entrenamiento. Está claro que sin el apoyo de mis padres, de mi mujer Loreto, mis hijos Josefina, Valentina, Nicolás y Sebastián, y mis hermanos esto sería imposible".

Pero la equitación es su pasión. Esa pasión que le inculcó su abuelo (Wladimir Imschenetzky) cuando era un niño. "Los caballos han estado presentes en mi vida desde muy pequeño, cuando mi abuelo me 'raptaba' de la casa para llevarme a cabalgar. Si bien no partí entrenando en forma técnica hasta recién los 15 años, ando a caballo desde muy chico y creo que eso me ayudó a que con poco entrenamiento hoy pueda estar compitiendo a este nivel".

A fines de este mes Imschenetzky comenzará su preparación para el campeonato chileno y luego "programar la gira por el sur del país durante el verano y ver el calendario internacional, para mantener el nivel de competencias y pensar en cosas mayores, como los Juegos Panamericanos y los Juegos Olímpicos".

En esa línea, recalca que "sería increíble. Si bien lo que pasó en Normandía fue un sueño hecho realidad, se abre el apetito y te permite pensar en estos eventos deportivos. Voy a dar la pelea por ocupar un lugar en el equipo, pero lo más importante es que Chile esté representado por la mejor selección en Toronto el próximo año. Queda muy poco y hay que trabajar muy duro".

Ese duro trabajo que espera Imschenetzky tengan las autoridades para poder mejorar el desarrollo de la actividad deportiva en el país: "Una crítica que me atrevo a hacer al sistema en general es que resulta muy difícil conseguir auspicios y ayuda, sinceramente creo que la Ley del Deporte no se usa lo que debería usarse, por lo complejo que resulta hacerlo. Si no damos un paso importante en esto nos seguiremos quedando cada vez más atrás, no sólo en la equitación, sino que en todos los deportes".

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