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Echeverría y su dolorosa maratón: "Me dije: 'no vine aquí para abandonar'"

Pese a sufrir fuertes calambres a la entrada del estadio olímpico, el atleta nacional alcanzó a cruzar la meta en el puesto 49° antes de tener que ser atendido médicamente en la pista atlética.

23 de Agosto de 2008 | 23:48 | El Mercurio Online
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El fuerte dolor no impidió a Echeverría cruzar la meta en el National Stadium de Beijing.

Max Montecinos, Chiledeportes

SANTIAGO.- El gran objetivo del atleta nacional Roberto Echeverría, el último chileno en competir en los Juegos Olímpicos de Beijing, era simplemente cruzar la meta. Y pese a que el esfuerzo de los 42 kilómetros de la maratón lo pusieron a prueba, logró traspasar la línea final con sus últimas gotas de energía y un fuerte dolor que lo obligó a ser atendido por cerca de 40 minutos.

"El circuito era espectacular. Yo fui tratando de dosificar desde el principio, pero empecé a sentirme un poco mal en el kilómetro 37 o 38, de hecho, a esa altura registré mi parcial más lento. Y me dije: ¿tengo que llegar a como dé lugar, no vine aquí para abandonar’", narró el corredor nacional tras recuperarse.

Echeverría, quien marcó un tiempo de 2 horas, 23 minutos y 54 segundos, arribó en el puesto 49° entre los 97 participantes que iniciaron la emblemática prueba olímpica.

"Cuando pasé por el túnel para ingresar al estadio me dio el primer síntoma de calambre en la pierna derecha. Y me dije, '¿paro o no paro?' Di cinco pasos cojeando y cuando entré a la pista sentí que la gente ovacionaba a un corredor chino (Li Zhuhong, 51º) que venía detrás de mí y ahí supe que tenía que seguir peleando. Corrí como pude los últimos 100 metros y bueno, al cruzar la meta ya no soporté el dolor del calambre que se me extendió hasta la espalda", narró Echeverría, ya descansando en la Villa Olímpica.

Los fuertes calambres que sufrió en su pierna derecha al ingreso al recinto, lo dejaron tirado en el piso tras la línea de meta, por lo que fue llevado en camilla a la enfermería del National Stadium, donde permaneció cerca de 40 minutos. Posteriormente y ya recuperado, se retiró a la Villa Olímpica junto a su entrenador, Jorge Grosser y al médico del equipo chileno, Jaime Hinzpeter.

Luego de salir de la zona de ayuda médica, el atleta afirmó que "la verdad es que me siento feliz con mi resultado porque lo entregué todo y cuando uno lo hace así, queda conforme (...) Estoy satisfecho: es recién mi tercer carrera de maratón y puedo decir que hice una presentación digna, esforzada. Yo nunca me rindo y ahora pude superar varios lugares. Me voy satisfecho de Beijing", subrayó.

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