MOSCU.- El secretario general de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) llegó el domingo a Moscú con el fin de persuadir a Rusia, el segundo mayor productor mundial de petróleo, para que contribuya a que los precios internacionales del crudo no vuelvan a caer.
El secretario general de la OPEP, el venezolano Alí Rodríguez, quien encabeza una delegación de la OPEP, tiene programado reunirse el lunes con el Primer Ministro ruso, Mijail Kasyanov, con el ministro de Energía, Igor Yusufov, y con el vicecanciller, Viktor Kalyuzhny, quien colabora en las decisiones rusas sobre energía.
Alarmada por una caída en los precios del petróleo, la OPEP recortó su producción colectiva en 1,5 millones de barriles diarios a partir de enero. Rusia, bajo intensas presiones de la OPEP, accedió a recortar las exportaciones en 150.000 barriles diarios durante el primer trimestre de 2002.
A su llegada, Rodríguez se mostró "esperanzado" en que Rusia mantenga bajos los niveles de producción en el segundo trimestre del año, pero declinó dar más detalles.
Rusia depende en gran medida de los ingresos de sus exportaciones petroleras y ha respondido con evasivas a la pregunta de si mantendrá sus niveles limitados de exportaciones en el segundo trimestre.
El ministro de Finanzas, Alexei Kudrin, ha dicho sólo que para decidir sus niveles futuros de exportación, Rusia tomaría en cuenta la demanda mundial de petróleo, que según los pronósticos será menor en el segundo trimestre.
Rodríguez dijo la semana pasada que la OPEP difícilmente ajustará los niveles de producción en su encuentro del 15 de marzo, y confió en que los precios del petróleo se mantengan en los niveles actuales hacia mediados de este año. Los precios han subido recientemente ante los pronósticos de un declive en los inventarios de crudo.
En ocasiones anteriores, la OPEP ha acusado a Rusia de utilizar los recortes del organismo en la producción, para incrementar su propia participación en el mercado.
Los principales industriales petroleros rusos han aumentado significativamente la producción en los últimos años lo cual, junto con los altos precios mundiales, impulsó el crecimiento económico del país durante los últimos dos años.
La industria petrolera rusa produjo 102.000 millones de galones (385.560 millones de litros) el año pasado, 7,6% más respecto del año pasado, según las estadísticas del gobierno. De esa cantidad, 47.500 millones de galones (179.550 millones de litros) fueron exportados, 11,8% más que en el 2000.
Las compañías rusas enfrentan ahora la disyuntiva entre recortar las exportaciones o impulsarlas con el riesgo de inundar el mercado mundial, abatiendo los precios y malogrando sus propios planes de negocios.
