WASHINGTON.- El FMI reclamó ayer al Gobierno que adopte en forma urgente las medidas monetarias, fiscales, financieras y de seguridad jurídica comprometidas para frenar la caída de la economía, evitar la hiperinflación y detener el deterioro social. Una vez que esto ocurra, recién se podrá alcanzar el programa de asistencia financiera que la Argentina busca desde enero.
El acuerdo podría concluirse en un mes, dijo ayer en Holanda el director gerente del Fondo, Horst Köhler, pero ello dependerá de "lo que ocurra en la Argentina", que "debe estar preparada para trabajar y demostrar que puede hacer frente a su responsabilidad".
El FMI dejó muy en claro ayer que la posibilidad de acelerar las discusiones está en manos del gobierno de Eduardo Duhalde. "Es importante que las negociaciones concluyan más temprano que tarde, pero también que sean buenas y completas. Vemos esto como una cuestión de urgencia, pero también es una cuestión de asegurarnos de que esté bien hecho", dijo el director de Relaciones Externas del Fondo, Thomas Dawson, en una conferencia de prensa.
El funcionario recordó entre los puntos en discusión con el gobierno argentino "un programa monetario diseñado para controlar la inflación, un programa fiscal con compromisos firmes de ajustes en las provincias, una reestructuración sostenible del sistema bancario, y reformas legales que incluyen la instrumentación de la ley de quiebras y la derogación de la ley de subversión económica, necesarias para restablecer un clima de confianza para los inversores extranjeros y domésticos".
El FMI esperaba el veto de la ley que derogó la norma de subversión económica. En cuanto a la aplicación de la ley de quiebras, el staff y el management del organismo tienen reparos sobre el proyecto que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados acerca de la denominada industria cultural, que pone límites para el ingreso de capital extranjero en las compañías de medios de comunicación.
Al referirse a los tiempos de la negociación, Dawson recordó que "fue muy difícil lograr que se adopte una serie de medidas con el consenso político necesario. Esto ha tomado más tiempo que el que todo el mundo esperaba y que a cualquiera nos hubiera gustado", señaló el funcionario del FMI, que no quiso arriesgarse a predecir la duración de las discusiones. "Pero vemos esto como una cuestión de considerable urgencia", remarcó.
La misión técnica encabezada por el inglés John Thornton terminará hoy su trabajo en Buenos Aires y retornará a Washington, donde elevará un informe a la gerencia del Fondo. A partir de allí se abrirá un período de consultas, que podría incluir un viaje del ministro de Economía, Roberto Lavagna, a esta ciudad. Luego se determinará el envío de una misión para negociar la carta de intención del programa, dijo Dawson.
"Las discusiones han sido buenas porque habíamos anticipado que íbamos a movernos después a un próximo paso, que implica más comunicaciones con el ministro y una posible visita" a Washington, señaló el vocero del FMI.
En La Haya, escala de una gira por Europa, Köhler destacó que no es importante que los argentinos traten de agradar al FMI: "Tienen que definir ellos mismos lo que les dará perspectivas de salir de esta crisis".
El país "necesita demostrar un compromiso justo para trabajar con la comunidad internacional y, primero y ante todo, con los inversores privados -expresó Köhler-. Para lograrlo debe haber un "clima de inversión que sea desde el punto de vista judicial predecible y digno de confianza".
El FMI sostuvo que hubo progresos en las discusiones mantenidas en la Argentina. Pero, por lo bajo, funcionarios del organismo familiarizados con las tratativas admiten que hay escepticismo e irritación por las demoras en la instrumentación de las medidas.
La evaluación que hace el Fondo de la situación económica y política de nuestro país es crítica a partir de los informes de los miembros de la misión. En el organismo consideran que hay trabas políticas que demoran la puesta en marcha de medidas urgentes para sacar el país de la crisis.
Macroeconomía sana
"La Argentina sigue enfrentando una situación muy difícil, en la que el PBI continúa cayendo agudamente y la inflación se está acelerando. El costo para la población es alto y va en aumento. La mejor salida para esta crisis sigue siendo la adopción de un marco macroeconómico sano, consistente con la recuperación de la confianza, que estabilice la economía y contrarreste el deslizamiento hacia la alta inflación", expresó Dawson.
Las políticas y las áreas de discusión entre el Gobierno y la misión del Fondo están incluidas en el plan de los 14 puntos firmado con las provincias en abril pasado, señaló.
Dawson no comentó una versión sobre una presunta iniciativa para firmar un acuerdo de corto plazo, publicada por Clarín y desmentida por Economía. Pero destacó que un plan de corto plazo "no es el camino que esperaría, porque ninguna de las cuestiones incluidas en el programa de los 14 puntos es de corto plazo. Necesitan de un esfuerzo serio y cuidadoso".
No hay antecedentes en el FMI de acuerdos de poca duración. El plan más breve es un stand-by de un año, destacó una fuente del organismo.
En cuanto al tipo de cambio y a la intervención del BCRA, Dawson insistió en que un sistema de cambio flotante "tiende a tener menos problemas en el área de las reservas". Desarrollar una sólida política, concluyó, "llevaría a tener un sistema flotante, sin el tipo de volatilidad que actualmente se evidencia".
