BUENOS AIRES.- El titular del Banco Central argentino, Mario Blejer, dejará la próxima semana su cargo por desaveniencias con el Gobierno, pero seguirá ayudando al país en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda pública, dijo este sábado el Presidente Eduardo Duhalde.
Aunque Blejer, de 54 años, ya había adelantado que presentaría su dimisión, también prometió hacerlo después de que Argentina iniciara formalmente negociaciones con el FMI para obtener una urgente ayuda financiera.
Blejer tiene buenos contactos en el organismo internacional, donde trabajó durante 20 años hasta poco antes de hacerse cargo, en enero, del Banco Central argentino. Sin embargo, sus roces con el Ministerio de Economía pudieron más y lo obligaron a salir de la esfera pública.
"(Blejer) está dispuesto a seguir trabajando con nosotros, ya se en Estados Unidos (adonde regresará) en todo lo que esté vinculado con la negociación que hay que hacer con la deuda", aseguró Duhalde en su programa radial de los sábado.
Blejer decidió dejar su cargo, en el cual será reemplazado interinamente por el vicepresidente del Banco Central, el mismo día en que concluyó la visita a Buenos Aires de una misión del FMI, que no dio ninguna señal alentadora sobre la proximidad del inicio de conversaciones formales con el gobierno argentino.
El Presidente Eduardo Duhalde apostó todo a un acuerdo con el FMI para conseguir fondos frescos que ayudarían al país a recuperar la confianza de los inversores, sin la que no puede resucitar a la languideciente economía.
Argentina dejó de pagar a fines del año pasado su deuda pública de 141.000 millones de dólares y devaluó a comienzos del 2002 el peso -ya depreciado un 70 por ciento-, lo que profundizó la grave crisis económica que atravesaba el país.
Como consecuencia, en el primer trimestre del año, la economía argentina se desplomó un 16,3 por ciento. Esto disparó los índices de pobreza y desempleo a niveles récord.
Según fuentes del oficialista peronismo, las posibilidades de Duhalde de mantenerse en el poder hasta las elecciones presidenciales del 2003 serán escasas si fracasan las conversaciones con el fondo, ya que el mismo partido le pediría un adelanto de los comicios.
El mandatario, electo por una asamblea legislativa tras la renuncia de dos presidentes en 10 días, sólo posee el 8,0 por ciento de imagen positiva y cerca de dos tercios de los argentinos reclaman la realización de comicios inmediatos.
