BRASILIA.- Los candidatos opositores de Brasil, ansiosos de mostrar a los votantes que no son ineptos en economía como se les quiere hacer aparecer, apoyaron el jueves un acuerdo de 30.000 millones de dólares con el FMI, pero subrayando que fue el gobierno que llevó al país a una crisis.
Los dos principales candidatos presidenciales de izquierda a las elecciones del 6 de octubre dijeron que, si ganan, respetarán el pacto, un 80 por ciento del cual depende de que el próximo mandatario acuerde no excederse en los gastos.
Sin embargo, ambos culparon al presidente Fernando Henrique Cardoso --y de rebote al candidato presidencial oficialista, José Serra-- por empujar a la mayor economía de América Latina al borde del colapso económico.
"Apruebo la idea de que Brasil obtenga este dinero, porque la situación demanda que Brasil acepte los fondos", dijo el jueves a una radio Luiz Inacio Lula da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y uno de los favoritos en las encuestas de intención de voto.
Por su parte, el centroizquierdista Ciro Gomes, quien disputa a Lula el primer lugar en las encuestas, dijo en una declaración divulgada en la noche del miércoles que "sería la última persona en entorpecer las negociaciones (...) para buscar una solución al grave desastre que este gobierno ha provocado".
Gomes declinó el jueves entrar en más detalles sobre el acuerdo con el FMI.
No obstante, el portavoz de su campaña, Mauro Benevides Filho, dijo que Gomes ya se había comprometido a mantener un superávit presupuestal primario de 3,75 por ciento en el 2003, la condición primordial del FMI para entregar liberar 24.000 millones de dólares para el próximo presidente.
Benevides también criticó al gobierno de Cardoso, quien entregará el mando al presidente electo el 1 de enero.
"Esta es la tercera vez que Brasil acude al Fondo y los brasileños necesitan darse cuenta de que si todo (los fundamentos económicos del país) eran tan sólidos, esto no hubiera sido necesario", dijo a Reuters.
El apoyo al acuerdo con el FMI es una buena idea para la estrategia electoral de los candidatos izquierdistas, que quieren atraer a más conservadores que podrían votar por Serra si los tiempos turbulentos persisten en el país.
Sin embargo, no perdieron la oportunidad de capitalizar en el enorme paquete de asistencia económica que necesita la nación sudamericana para tratar de convencer al público de la profundidad del precipicio al que Brasil estaba por caer.
Los periódicos locales subrayaron el volumen del préstamo y el Correio Brasiliense escribió en su primera página con números gigantes: !30.000 millones!.
Serra busca anotarse sus propios puntos
El gobierno debió acudir al FMI luego que el nerviosismo de los inversionistas sobre las consecuencias para la economía de un triunfo opositor y la deuda pública de 250.000 millones de dólares envió a la moneda nacional, las acciones y bonos a niveles bajos sin precedentes.
Serra, como se esperaba, apoyó el acuerdo con el FMI, buscando hacer ver a su candidatura sinónimo de la estabilidad macroeconómica bajo los ocho años de gobierno de Cardoso y con el trabajo del actual equipo económico que logró el apoyo financiero que el país necesita.
Serra también culpa a sus rivales de oposición y sus propuestas políticas de haber ahuyentado a los inversionistas extranjeros y plantear que éstos esperan su triunfo para llevar su dinero a Brasil.
Sin embargo los analistas advirtieron que la estrategia de Serra podría resultarle perjudicial si los 30.000 millones de dólares resultan insuficientes para apoyar la depauperada moneda brasileña.
Si Cardoso no logra dejar al país en buen estado económico al terminar su mandato, tras hacerlo caminar con una muleta tomada del FMI desde 1998, esto podría significar que es hora de dar una oportunidad a otros que piensan diferente, dicen sus críticos.
Con el apoyo de Gomes y Lula al acuerdo con el FMI, "está mucho más claro que esta gente no va a voltear al país de cabeza" si ganan las elecciones, dijo el analista político Carlos Lopes, de la firma consultora Santa Fe.
