SANTIAGO.- El presidente del Banco Central (BC), Carlos Massad, sostuvo este jueves que "la virulencia política no nos ayuda a mejorar una visión de futuro de nuestro país", al tiempo que resaltó que la moderación en el debate ha sido un activo importante en el pasado y debe seguir siendo en el futuro, y puntualizó que las denuncias sobre corrupción deben ser aclaradas por los tribunales de justicia, ya que una "imagen sobredimensionada es un error para el país".
La autoridad monetaria intervino en un encuentro organizado por la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio (Amcham), oportunidad en la cual reseñó las proyecciones de la economía chilena para los próximos años, destacando que la recuperación depende no sólo del mejoramiento de la situación internacional, sino también del hecho que tanto consumidores como inversionistas recobren la confianza en Chile.
Massad afirmó que desde el punto de vista del Banco Central, la moderación en el debate político y económico "nos ayudaría a que los efectos de la política monetaria fuesen algo más rápidos y mejor distribuidos a toda la comunidad".
En cuanto a si las denuncias sobre corrupción que enfrentan algunos personeros vinculados a la Concertación, podrían afectar la imagen de Chile, aseveró que "ese es un tema que corresponde tratar a los tribunales. Creo que los tribunales tienen ahí que hacer su tarea y hacerlo lo más rápido que puedan para clarificar que hay ahí de malentendido, de virulencia política y que hay ahí verdaderamente de corrupción".
A su juicio, "antes de eso, dar a esos temas una imagen sobredimensionada me parece un error para el país".
Consultado respecto de algunas críticas en el sentido que el instituto emisor ha debido modificar sus proyecciones, dijo que "el Banco Central no es un profeta, no predice, sólo proyecta y la diferencia entre ambas cosas es que una proyección es condicional a la información de la que se dispone en el momento que se hace y cuando cambia la información, hay que cambiarla".
Al respecto, dijo que la profecía o la predicción "es a todo evento, implica pensar que el futuro está predeterminado y que alguien lo conoce y lo puede decir anticipadamente, por eso se llama predicción y no eso lo que hacemos. Somos humildes humanos que proyectamos y revisamos esas proyecciones cuando la información básica se modifica".
En otro orden, el presidente del instituto emisor manifestó que las perspectivas de crecimiento del país dependen de modo importante de la recuperación mundial, así como del impulso de la política monetaria.
No obstante, indicó que hay riesgos en el tema de la llegada de flujos de capitales a la región, así como la elevada tasa de desempleo que afecta a la demanda y el consumo.
Consultado sobre la factibilidad de financiar el déficit para el 2003 con recursos en el mercado interno, explicó que se trata de un tema que debe definir el Ministerio de Hacienda, aunque no descartó que ello ocurra, por cuanto las empresas chilenas están buscando su financiamiento en el mercado interno, en mayor medida que en el externo.
No obstante, señaló que sin duda "el tema requiere de un monitoreo para adoptar una decisión definitiva".
Massad reiteró que las estimaciones de crecimiento para este año se mantienen en un rango en torno a 2 por ciento a 2,5 por ciento, para el 2003 entre 3,5 y 4,5 por ciento, mientras que para el 2004 la economía chilena debería crecer en 5 por ciento, si la economía internacional se recupera.
En materia de inflación, manifestó que debería ubicarse este año algo por encima del centro del rango meta, en torno a 3,5 por ciento para luego retornar al 3 por ciento.
Agregó que en ese sentido, "hemos tenido un test ácido sobre la credibilidad del Banco Central en el mercado con la colocación de papeles en pesos a cinco años, lo que ha permitido ver lo que percibe el mercado sobre la inflación esperada".
Señaló que los papeles se han colocado a tasas de 3 a 3,5 por ciento sobre UF, lo que demuestra que el mercado está actuando sobre el centro del rango meta de inflación.
Por último, en materia de desempleo aseguró que "lo ideal es que los ajustes se hagan vía precios en lugar de cantidad", por lo cual se mostró partidario de contar con una flexibilidad salarial que permita hacer frente a períodos de crisis sin tener que optar por despedir personal.
