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Bolsa de Tokio acaba año negro contagiada por pesimismo económico

En su última jornada del año, el mercado bursátil de Tokio no pudo evitar el impacto negativo del parqué de Nueva York y cerró la sesión y el año con unas pérdidas del 1,55 por ciento que situaron al Nikkei en los 8.578 puntos.

30 de Diciembre de 2002 | 07:34 | EFE
TOKIO.- La Bolsa de Tokio concluye el año 2002 con su peor cierre anual desde 1982, al término de un "año negro" en el que su índice Nikkei se ha desplomado hasta niveles de hace casi dos décadas arrastrado por la grave crisis económica y financiera de Japón.

En su última jornada del año, el mercado bursátil de Tokio no pudo evitar el impacto negativo del parqué de Nueva York y cerró la sesión y el año con unas pérdidas del 1,55 por ciento que situaron al Nikkei en los 8.578 puntos.

Tras una sucesión de desplomes a lo largo del año que devolvieron al Nikkei en numerosas ocasiones a sus niveles de hace 19 años, el cierre de hoy representa casi un 20 por ciento menos que el de la última jornada bursátil de 2001, cuando cerró el año en los 10.542,62 puntos.

Así, la última sesión de 2002 ha enturbiado las esperanzas para el próximo 2003 al haber cerrado el año en un nivel sólo comparable al de la última sesión de 1982, cuando el indicador bursátil concluyó el año en 8.016,67 enteros, a comienzos de la gloriosa década de los ochenta que fue conocida como la "burbuja".

En los últimos 12 meses, las jornadas del mercado bursátil de Tokio han estado marcadas por la cautela de los inversores ante la incertidumbre económica, quienes en no pocas ocasiones han perdido la motivación para invertir en un ambiente poco alentador.

Las posibilidades de un conflicto armado entre EEUU e Irak, y, más recientemente, las crecientes tensiones con Corea del Norte y sus amenazas nucleares, han resultado nefastas para la bolsa japonesa, que se hunde por una falta de apoyo ante un dólar también debilitado y un sistema financiero asfixiado.

En este último año han sido 78 empresas las que han dejado de cotizar en la Bolsa de Tokio, bien porque cerraron, bien como consecuencia de reestructuraciones corporativas.

La cifra, que ha batido un nuevo récord y supera con creces las 44 del año pasado, muestra la dificultad que tienen las compañías para sobrevivir a la crisis en un año especialmente duro para el sector bancario, que, inundado de impagados crediticios, ha visto reducida a mínimos su capacidad para realizar préstamos.

La Banca recibió un duro golpe a comienzos del presente año fiscal, en abril de 2002, cuando el Gobierno adoptó una medida que despojaba totalmente de protección oficial a los depósitos de plazo fijo.

Esta medida estipuló que en el caso de que un banco quiebre, sus depósitos a plazo fijo superiores a 10 millones de yenes (unos 80.000 dólares) no serán reembolsados por el Gobierno, lo que ha contribuido a que aumenten las bancarrotas.

Los valores financieros han continuado cayendo hasta que, poco antes de finalizar el presente año, a principios de diciembre, el Banco de Japón compró a la banca comercial acciones en su poder por valor de 71.160 millones de yenes (593 millones de dólares) para protegerla de los desplomes bursátiles.

Sin embargo, las esperanzas de recuperación se ven enturbiadas por una falta de medidas prácticas para revitalizar los factores clave de la economía, como las exportaciones, estancadas y afectadas por un dólar poco firme, y el consumo doméstico, que contribuye en un 60 por ciento al Producto Interior Bruto y que se ha visto reducido en los hogares.

Mientras, los analistas bursátiles lanzan sus pronósticos para el año que viene: el Nikkei podrá bajar hasta los 7.500 puntos en un panorama poco esperanzador de problemas financieros no resueltos y conflictos internacionales.
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