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Japón reabre sus fronteras a la carne de EE.UU. y Canadá

Las fronteras japonesas se vuelven así a abrir para las exportaciones de los ganaderos norteamericanos, sujetas hasta ahora a la sospecha de que pudieran propagar el llamado "mal de las vacas locas".

12 de Diciembre de 2005 | 05:13 | EFE
TOKIO.- El Gobierno japonés levantó hoy el embargo a la carne de vacuno de EE.UU. y Canadá con estrictas condiciones después de dos años en los que el contencioso comercial amenazaba con enturbiar sus relaciones con Washington.

Las fronteras japonesas se vuelven así a abrir para las exportaciones de los ganaderos norteamericanos, sujetas hasta ahora a la sospecha de que pudieran propagar el llamado "mal de las vacas locas".

Las condiciones impuestas por el ejecutivo nipón son básicamente que la carne proceda de reses de hasta 20 meses de edad y que no contengan partes del animal consideradas de riesgo como los sesos o la columna vertebral.

Si las exportadores norteamericanos cumplen con estos requisitos, su carne podrá volver a venderse y consumirse en el mercado japonés antes incluso de que finalice el año.

Japón cerró sus fronteras a la carne de vacuno procedente de Canadá en mayo de 2003 y de EE.UU. en diciembre de 2003, después de que se registraran los primeros casos de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB).

Con esto se dio portazo a uno de los comercios de alimentos más sustanciosos de EE.UU. con Japón, el mejor cliente de sus ganaderos, de hecho.

En el año fiscal 2003, las importaciones niponas de carne estadounidense fueron de 200.000 toneladas, lo que representaba el 20 por ciento del consumo doméstico.

El gran beneficiado de la prohibición fue Australia, cuyas exportaciones al archipiélago nipón se dispararon el pasado año fiscal un 40 por ciento, hasta llegar a las 410.000 toneladas y cubrir la mitad del mercado japonés, según la agencia Kyodo.

El secretario de Agricultura estadounidense, Mike Johanns, calificó de "gran noticia" el levantamiento de un embargo que se había convertido en un punto de fricción entre ambos países.

"Se trata de un paso importante hacia la normalización de los intercambios comerciales basados en sólidos estándares científicos reconocidos internacionalmente", señaló Johanns en un comunicado.

El año pasado el Gobierno japonés había acordado con EE.UU. la reanudación de la entrada a Japón de carne de res de hasta 20 meses de edad, en la que el peligro de infección del EEB es menor.

Sin embargo insistió en que antes de abrir su mercado necesitaba el visto bueno de la Comisión sobre Seguridad Alimentaria para certificar que la carne estadounidense es tan segura como la japonesa.

La lentitud de este proceso agotó la paciencia de numerosos congresistas en EEUU, que llegaron a pedir medidas drásticas para obligar al Gobierno japonés a actuar con celeridad.

En octubre un grupo de 21 senadores estadounidenses introdujo una enmienda en la que demandaban la imposición de sanciones a Japón por cerca de 3.140 millones de dólares anuales si antes del 31 de diciembre no se levantaba la prohibición.

La cuestión llegó hasta la cúspide de la diplomacia estadounidense al figurar entre los principales puntos de la agenda de la visita a Japón que el presidente norteamericano, George W. Bush, realizó el mes pasado.

La Comisión de Seguridad Alimentaria dio el tan esperado visto bueno el pasado jueves en un informe que entregó al Ministerio de Agricultura, Bosques y Pesca.

El documento de comité gubernamental concluía que si se respetan los requisitos, el riesgo de que las importaciones de carne estadounidense y canadiense estén infectadas, es "muy bajo".

Al mismo tiempo, el Ministerio de Salud ha pedido a EE.UU. y Canadá que prohíban terminantemente la alimentación del ganado con piensos que contengan carne o huesos.

Japón también ha solicitado a ambos países que refuercen el sistema de seguimiento y control en los mataderos y carnicerías para asegurarse que se retiran las partes del animal de mayor riesgo para los consumidores.

A pesar de los exhaustivos estudios realizados por las autoridades sanitarias japonesas y las estrictas medidas que tendrán que observar los exportadores, la opinión pública nipona no se fía.

Según una encuesta realizada la semana pasada por la agencia Kyodo de noticias, el 75,2 por ciento de los japoneses consultados afirman que no están dispuestos a consumir carne procedente de EE.UU. ni Canadá.
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