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Santiago: Martes 16 de abril del 2024 | Actualizado 01:52
ROMA.- El Presidente del consejo italiano, Silvio Berlusconi, se mostró este lunes dispuesto a "escuchar nuevas ideas" para mejorar el paquete de medidas de austeridad drástica adoptado el viernes, aunque el resultado final se mantendrá "absolutamente invariable".
En declaraciones a los periodistas en Cerdeña, Berlusconi reaccionó de esta manera a las inquietudes de la clase política del país y de las administraciones afectadas por los recortes.
Con este nuevo plan de austeridad que prevé economizar unos 45.500 millones de euros en dos años, el gobierno espera poner fin a los ataques especulativos contra Italia, víctima de la crisis de la deuda de la zona euro.
Estas nuevas medidas se suman a las adoptadas a mediados de julio por el Parlamento por un total de unos 48.000 millones de euros.
El plan responde a los pedidos de los socios europeos y del BCE, que condicionó el apoyo a Italia a través de la compra de obligaciones del Estado a la aprobación de nuevas medidas de austeridad.
El nuevo texto es un decreto ley que deberá ser ratificado por el Parlamento en 60 días.
"Las líneas de este paquete de medidas deben ser invariables, son intocables. Ahora bien, si durante el proceso parlamentario surgen nuevas ideas que aporten mejoras a las medidas adoptadas, no hay obstáculo para que sean escuchadas", dijo Berlusconi.
"Examinaremos las propuestas sin hacer distinción sobre el origen de quien las propone", agregó.
Todos los sectores expresan sus temores a los recortes. El ministro del Interior (de la Liga Norte) Roberto Maroni aseguró el lunes que no aceptará que se reduzca el presupuesto de seguridad y el principal sindicato del país amenazó con una huelga general.
El gobierno anunció una "tasa de solidaridad" sobre las rentas más altas, eliminar las provincias con menos habitantes y fusionar los pueblos pequeños, privatización de las sociedades municipales, flexibilización del derecho al trabajo, refuerzo de la lucha contra la evasión fiscal, el traslado de los festivos a los lunes, un alza de los impuestos sobre los beneficios financieros y un aumento progresivo de la edad de jubilación para las mujeres en el sector privado.
Los ministerios, además, deberán economizar 8.500 millones de euros (12.300 millones de dólares) en dos años y se reducirán las transferencias a las entidades locales en 9.500 millones de euros (13.700 millones de dólares).
