Unión Europea espera que Italia "cumpla" con sus compromisos tras elecciones legislativas

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) recibió el "mensaje de inquietud" que envió la ciudadanía italiana tras las elecciones legislativas, pero insistió que "espera que Italia cumpla con sus compromisos".

"Recibimos el mensaje de inquietud que envió la ciudadanía italiana", dijo el portavoz comunitario, Olivier Bailly al comentar los resultados de las elecciones legislativas italianas.

La Comisión Europea (CE) "espera que Italia cumpla con los compromisos" de reformas estructurales que asumió con Bruselas.

"Italia ha asumido compromisos con la Comisión y otros estados miembros (de la Eurozona), entre ellos la reducción del déficit, la reducción de la deuda y reformas estructurales", declaró.

"Estamos confiados en la capacidad de Italia para formar rápidamente un gobierno y respetar sus compromisos europeos", insistió.

Italia, tercera economía de la zona euro, está sumida en un problema político tras las elecciones legislativas: la coalición de izquierdas liderada por Pier Luigi Bersani obtuvo por un escaso margen la mayoría en la Cámara de Diputados, pero el Senado se perfila sin mayoría clara, en una fuerte disputa con la derecha del ex Primer Ministro Silvio Berlusconi.

Esa situación, sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, amenaza la gobernabilidad, y reaviva las dudas de que el país cumpla con el plan de ajustes y reformas que asumió, dado que la formación de un gabinete requiere el apoyo de las dos cámaras.

Peor aún: la llave del próximo gobierno parece haber quedado en manos del conocido cómico Beppe Grillo, reciclado en líder antisistema que canalizó el descontento de la población con los partidos tradicionales.

El humorista, tildado de populista y demagogo, líder del Movimiento 5 Estrellas, ya ha declarado que no prevé aliarse con nadie.

Y sin lugar a dudas el gran derrotado fue el Primer Ministro italiano Mario Monti, excomisario europeo, que se encargó de poner en marcha las medidas de austeridad que le exigió Bruselas.

Ello le valió a Italia un periodo de tranquilidad, pero consiguió el hartazgo de los ciudadanos de un país que encadena seis trimestres consecutivos de contracción del PIB, el periodo de recesión más largo en 20 años y con un desempleo que no ha cesado de aumentar, hasta superar el 11%.