LIMA.- La primera vuelta de las elecciones generales en Perú no dejó claro quién será el próximo presidente del país, pero sí que los peruanos tendrán una primera dama extranjera, gane los comicios Alejandro Toledo o Alan García.
Lo mismo Toledo, quien encabezó la votación y está casado con una belga, como García, cuya esposa es argentina, competirán en una segunda ronda electoral en mayo, ya que ninguno logró el 50 por ciento más uno de los votos válidos emitidos en el sufragio.
"Mi presencia será de consejera en lo que me compete, de un apoyo total", dijo recientemente Eliane Karp, una mujer de ojos azules y delgada figura que acompaña a su esposo, Toledo, en su campaña electoral.
Karp, quien es antropóloga y trabajó para el Banco Mundial y entidades bancarias privadas en el área de financiamiento de proyectos de desarrollo, también estuvo con Toledo cuando se enfrentó al ex presidente Alberto Fujimori.
Fujimori perdió el gobierno después de ponerse en evidencia pruebas de corrupción en su entorno que generaron un aumento de las protestas, lideradas por Toledo, en su contra.
Pero si de mujeres se trata, Pilar Nores, la esposa de Alan García, quien ya gobernó Perú de 1985 a 1990 y dejó al país sumido en una aguda crisis financiera, tiene sus méritos propios.
La esposa de García fue la primera extranjera que llegó al Palacio de Gobierno peruano desde inicios del siglo anterior.
Nores, quien según el mismo García es la que manda en casa, tiene según los apristas un estilo silencioso, rechaza la prensa y no le gusta hacerse notar, lo que puso en evidencia cuando fue primera dama hasta inicios de la década anterior.
Si bien sigue, junto a sus cuatro hijos, a García durante los actos políticos, trata de escapar a las cámaras y entrevistas y, contrario a Karp, a quien le encanta estar junto a Toledo en los escenarios, Nores prefiere siempre estar a la sombra de su esposo.
"Es una buena esposa, una madre muy severa, es mi consejera", afirmó García en una entrevista reciente.
Aunque las últimas elecciones ponen a Toledo 10 puntos por encima de García en las preferencias electorales, analistas opinan que, en el caso del ex presidente, todo es posible para la segunda ronda por su magnífica oratoria que hace olvidar a la audiencia la desastrosa labor de su gobierno.
