LA HABANA.- El Presidente cubano, Fidel Castro, reapareció este viernes frente a las masas en una nueva protesta contra Estados Unidos y, despejando dudas sobre su salud, aseguró encontrarse "mejor que nunca", tan sólo seis días después de sufrir un desmayo en público.
"Les prometo que no me voy a volver a desmayar, no me voy a volver a fatigar", dijo a la prensa, recordando su breve desvanecimiento del sábado de la semana pasada, cuando llevaba dos horas hablando bajo el sol.
El líder de 74 años volvió a presidir, con su uniforme verde olivo, otra concentración, esta vez frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en el Malecón de La Habana, para denunciar la condena de cinco agentes cubanos en Florida por delitos relacionados con el espionaje.
En el anterior acto en el que participó, Castro tuvo que ser sacado del escenario por sus guardaespaldas, mientras cundía el pánico, pero reapareció diez minutos más tarde para decir a la multitud y a la audiencia televisiva que estaba "entero". En otra aparición en la tarde del mismo sábado, Castro dijo que había subestimado el calor y que de ahora en adelante debería ser "más prudente".
Pero ni una semana después el líder ya ha vuelto a aparecer en un acto similar, aunque esta vez estuvo sentado, al igual que otros muchos de participantes, y, sin pronunciar un discurso, se limitó a escuchar, bandera en mano, bebiendo agua de vez en cuando.
Aunque el lunes asistió a un programa televisivo, ésta fue su primera aparición al aire libre desde el desvanecimiento y se le vio llegar en buena forma, saludando sonriente y al finalizar, atendiendo a la gente que se acercaba a preguntarle cómo estaba.
"Estoy muy bien, mejor que nunca, yo no sabía lo bien que estaba, pero estoy viendo los parámetros, de verdad", dijo entre risas al finalizar al acto a los reporteros, con quienes estuvo hablando cerca de hora y media de pie bajo el sol. El breve desmayo, la primera vez en que se ve obligado a interrumpir un discurso en público en 42 años de gobierno, también disparó las especulaciones sobre qué ocurrirá en el país cuando desaparezca de la escena política.
En sus declaraciones a la prensa, Castro abordó también el espinoso tema de su sucesión, afirmando que su hermano Raúl Castro, de 70 años y número dos en la jerarquía cubana, es la persona más indicada. "Si me dicen mañana por la mañana a usted le da un infarto, un derrame, una muerte súbita, o choco... y me ponen a dormir para dormir toda la eternidad, Raúl es el que tiene más autoridad y más experiencia", dijo, agregando que su hermano tiene "buena salud" y que recientemente subió el Pico Turquino, el más alto de Cuba con casi 2.000 metros.
"Ahora bien, no sólo está Raúl, hay una pléyade de jóvenes nuevos y con talento en nuestro país, porque quizás una de las características de la Revolución es haber promovido toda una nueva generación de jóvenes y cuadros", explicó.
Además de su hermano, el joven canciller Felipe Pérez Roque, el vicepresidente Carlos Lage o el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, son señalados por analistas como posibles miembros de un futuro liderazgo.
Durante el acto de hora y media del viernes, pasaron por el escenario oradores políticos y cantantes en un acto denominado "en solidaridad con los patriotas cubanos, prisioneros del imperio".
La Habana sostiene que los cinco hombres, acusados de infiltrar instalaciones militares de Estados Unidos y en organizaciones del exilio, son "inocentes" y que estaban tratando de proteger a su país de acciones "terroristas" planeadas en suelo norteamericano.
Y el gobierno de Castro ha lanzado una campaña, muy similar a la realizada el año pasado para exigir el regreso del niño balsero Elián González, para reclamar su liberación, con actos políticos prácticamente a diario. "Cuando la patria llama al combate, nuestros compatriotas, como un ejército de patriotas, salen a combatir", dijo el estudiante Dayron Roque, uno de los oradores.
