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Fuerzas Armadas estadounidenses en estado de alerta en todo el mundo

Dos portaaviones norteamericanos recibieron la orden de permanecer en la zona del Golfo Pérsico en forma indefinida. En tanto, los aviones de combate, con radares y nodrizas fueron codificados, y se tomaron medidas para proteger los sistemas de computación militares contra los hackers.

11 de Septiembre de 2001 | 22:39 | AP
WASHINGTON.- Aviones F-16 de la fuerza aérea patrullaban los cielos sobre Washington, buques de guerra de la marina fueron enviados a Manhattan y comandantes militares declaraban a sus fuerzas en alerta máxima después de los ataques terroristas del martes.

El Presidente George W. Bush, en un discurso desde la Oficina Oval, juró encontrar a los responsables. "No haremos distinción entre los terroristas que cometieron esos actos ni aquellos que los protegen", indicó.

En una conferencia realizada previamente en el Pentágono, el presidente del comando conjunto, Henry H. Shelton, dijo que "no tengo intención de tratar sobre lo que vendrá después. Pero no se equivoquen al respecto, sus fuerzas armadas están listas".

Unas 10 horas antes de la conferencia, un Boeing 757 se estrelló contra el Pentágono, después que dos aeronaves comerciales se habían estrellado contra las torres del Centro Mundial de Comercio de Nueva York.

Pero qué pasará después -incluso posibles ataques de represalia- no estaba muy claro.

El Presidente Bush puso a las fuerzas estadounidenses en todo el mundo en el máximo estado de alerta posible llamado "Threatcon Delta".

El secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, negó que las fuerzas estadounidenses fueran responsables por las explosiones que se oyeron el martes por la noche cerca de Kabul, la capital de Afganistán. "De ninguna manera el Gobierno de Estados Unidos está vinculado", informó en la conferencia del Pentágono.

Un alto funcionario de defensa dijo que el portaaviones Enterprise, que debía regresar a Estados Unidos procedente del golfo Pérsico, recibió la orden de permanecer en el área indefinidamente. Otro portaaviones, el Carl Vinson, también quedará en la zona, agregó.

Los militares de todas las bases del país informaron que sólo el personal esencial será permitido en sus bases. Todos los vuelos militares innecesarios serán cancelados y el Comando de Defensa Aeroespacial estadounidense tomó medidas para proteger los sistemas de computación militares a prueba de hackers, agregó.

En todo el país, los aviones de combate, con radares y nodrizas fueron codificados, según dijo un vocero de la Guardia Nacional Aérea, de la base Tyndal de la fuerza aérea, en Florida.

Los aviones de combate de la fuerza aérea sobrevolaban el cielo de Washington poco después del ataque.

"Ya teníamos volando a los F-16", dijo el portavoz del Pentágono, almirante Craig Quigley, a los periodistas que se habían congregado sobre una autopista que dominaba la vista del Pentágono aún cubierto de humo.

La marina envió a los portaaviones John F. Kennedy y George Washington a Nueva York para asistir en necesidades médicas y de defensa.

"Hemos sido atacados como no lo habíamos sido desde Pearl Harbor", dijo el almirante Robert J. Natter, el comandante de la Flota del Atlántico de Estados Unidos, en la estación naval de Norfolk.

Rumsfeld, que estaba en su oficina en el segundo piso cuando la aeronave se estrelló contra el lado opuesto del edificio, juró que el Pentágono -el lugar donde trabajaban 24.000 hombres y mujeres- continuaría funcionando el miércoles.

En la Internet:

Atlantic Fleet: http://www.atlanticfleet.navy.mil
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