MOSCU/TEL AVIV/KIEV.- Los equipos de rescate han recuperado los cadáveres de 14 de las 78 personas que se hallaban a bordo del avión comercial ruso que cayó ayer al Mar Negro tras explotar en pleno vuelo, informó hoy el Ministerio ruso de Protección Civil, mientras siguen sin esclarecerse las causas del suceso.
También fueron recuperadas la cabina de mando y parte de la cabina de pasajeros, así como una puerta del aparato Tupolev-154, que volaba de la ciudad israelí de Tel Aviv a Novosibirsk, en Siberia. Los restos de la nave fueron izados a bordo del carguero "Capitán Vakulov", indicó el ministerio, citado por la agencia Interfax.
Según los equipos de rescate en el balneario de Sochi, a orillas del Mar Negro, en la puerta recuperada se pueden apreciar agujeros que se asemejan a impactos de proyectiles, informó por su parte la agencia de noticias Itar-Tass.
Las autoridades rusas e israelíes, país del que provenían la mayoría de pasajeros, no descartan que se tratara de un atentado terrorista, ya que no se han encontrado indicios de un fallo técnico.
La fiscalía general de Rusia inició una investigación sobre el posible origen terrorista del siniestro, en estrecha cooperación con la comisión gubernamental de investigación establecida por el Presidente Vladimir Putin.
Tanto Rusia como Ucrania desmintieron versiones difundidas por medios de prensa de Estados Unidos y Francia según las cuales el avión fue derribado accidentalmente por un misil disparado por el Ejército ucraniano durante ejercicios en la península de Crimea.
El Presidente Putin dijo que esta versión es "poco probable". De acuerdo con el canal de televisión estadounidense CBS, satélites norteamericanos habían registrado el lanzamiento en Crimea de un misil tierra-aire.
Por su parte, un alto oficial ucraniano, el comandante de las fuerzas aéreas, Volodymir Tkachev, desmintió que un proyectil ucraniano haya derribado el avión y, en declaraciones a Interfax, dijo que durante los citados ejercicios militares el Ejército disparó contra 11 aviones teledirigidos no tripulados.
Nueve de ellos, señaló, fueron destruidos, mientras que uno se autodestruyó y el otro aterrizó. Según explicó, en las maniobras se utilizaron principalmente misiles antiaéreos con un alcance de 10 kilómetros. En la operación también participaron cazas MiG-29 y cañones navales, agregó.
El Presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, ofreció a Rusia ayuda para esclarecer la causa del siniestro, mientras que Israel anunció el envío de un equipo de expertos de la Fuerza Aérea y la Marina al lugar en el Mar Negro donde se precipitó el avión comercial ruso.
Expertos israelíes citados por el diario "Yediot Achronot" dudan también de que el avión haya sido derribado por un cohete ucraniano, "ya que todos los sistemas de misiles de defensa antiaérea tienen sistemas incorporados que pueden reconocer el objetivo que ha sido captado por su radar".
"Un avión como el Tupolev 154 emite constantemente cientos de señales electrónicas, que hacen que sea reconocido como un avión civil. Los ucranianos tenían que saber que ese no era un avión militar", señala el matutino.
Por su parte, el ministro israelí de Transportes, Efraim Sneh, salió al paso de cualquier conclusión precipitada sobre las causas del incidente. "Podría ser un accidente, podría ser sabotaje. Nosotros no descartamos ninguna posibilidad", declaró el ministro ante la prensa. "No sabemos absolutamente nada", admitió.
Según datos israelíes, al menos 51 pasajeros eran ciudadanos israelíes de origen ruso. Sin embargo, hasta el momento las autoridades aeronáuticas de Israel no han publicado la lista de pasajeros del fatídico vuelo.
