SKOPJE, Macedonia.- Dirigentes macedonios y albaneses reanudaron este jueves un plan de paz auspiciado por occidente, tras la advertencia de la OTAN de que el incumplimiento de compromisos generará el riesgo de una nueva guerra étnica en la conflictiva zona.
El secretario general de la OTAN, George Robertson, y el jefe de asuntos exteriores de la alianza, Javier Solana, instaron a los dirigentes a que impulsen un proceso de paz empantanado desde que el Congreso no logró aprobar reformas que benefician a la minoría étnica albanesa.
"Hemos abierto una nueva ventana de oportunidad para que Macedonia avance en este proceso de paz", dijo Robertson a la prensa luego de mantener conversaciones con las dos partes. "Hemos indicado el camino para avanzar. El gobierno y el parlamento tienen la clara obligación de cumplir su parte de los acuerdos", agregó.
Robertson y Solana viajaron al Macedonia luego de que el parlamento no aprobó las leyes para ampliar los derechos de los albaneses, cuyos representantes boicotearon las sesiones.
"Fácilmente podría darse en este país un retorno a la violencia, a menos que todo lo que se acordó sea implementado", dijo Robertson tras aterrizar en el aeropuerto de la capital, Skopje.
El pacto, firmado por la mayoría macedonia y la minoría de etnia albanesa en agosto, detuvo seis meses de enconados enfrentamientos entre las tropas del gobierno y rebeldes albaneses.
Los rebeldes convinieron en dejar de luchar y entregaron más de 4.000 armas a personal de la OTAN, a cambio de la promesa de reformas en el parlamento que ampliarían los derechos de los ciudadanos de ascendencia albanesa, pero el parlamento ni siquiera ha comenzado los debates de las enmiendas constitucionales.
"Ahora toca al gobierno y al parlamento macedonios cumplir con su parte del trato, sobre promesas hechas solemnemente", dio Robertson.
Si Macedonia desea convertirse en miembro de la OTAN y de la Unión Europea, agregó, también debe aceptar "obligaciones que van aparejadas con ello".
