ARGEL.- El Primer Ministro Ali Benflis convocó el domingo a su gabinete a una reunión de emergencia para evaluar la crisis provocada por las peores inundaciones en años en Argelia, que dejaron más de 300 muertos y a miles en el desamparo.
“Más de 300 personas murieron en el desastre”, reportó la radio estatal, indicando que la cifra de muertos probablemente habrá de subir.
El gabinete aprobará la implementación de un plan de crisis para movilizar a los gobiernos central y locales en un esfuerzo de suministrar albergues, alimentos y otro tipo de asistencia a las víctimas de las inundaciones y de reparar caminos y otra infraestructura dañada.
El ministro del Interior, Noureddine Zerhouni, pidió asistencia internacional, diciendo que el país norafricano confrontaba una verdadera “catástrofe nacional”, después de que fue azotado el viernes y sábado por lluvias torrenciales y vientos huracanados.
Las aguas erosionaron caminos, desarraigaron árboles, derribaron cables de energía eléctrica y causaron el colapso de muchas viviendas, soterrando a muchos de los residentes bajo los escombros.
Los reportes indican que hay por lo menos 300 heridos y que unas 5.500 familias quedaron en el desamparo. Los meteorólogos pronosticaron que el mal clima no amainará antes del martes. “Fueron las peores inundaciones en por lo menos dos décadas”, dijo un meteorólogo.
Trabajadores de organismos de socorro dijeron que Argel, con 3,5 millones de habitantes, sufrió los peores efectos del desastre. En la capital argelina se informó de por lo menos 224 muertos, 60 de ellos en el distrito de Bab el Oued, centro capitalino.
“Bab el Oued fue el área más dañada en Argel, por cuanto es un distrito ubicado al pie de una colina. Las riadas anegaron el área”, dijo un residente.
Residentes capitalinos dijeron que Argel se esforzaba el domingo por recuperar alguna normalidad y que las escuelas, comercios, oficinas de gobierno, bancos y otras empresas habían abierto. “Fue difícil para mucha gente llegar hoy a Argel, especialmente porque muchos de los caminos están dañados y las persistentes lluvias empeoraron la situación”, dijo un residente.
Argel se paralizó el sábado, con la suspensión de los servicios ferroviarios y casi todas las oficinas gubernamentales y comercios cerrados.
