BOGOTA.- Guerrilleros izquierdistas secuestraron el domingo a uno de los más destacados cantantes y compositores de Colombia, mientras que 23 campesinos fueron asesinados en un nuevo recorrido de muerte de los paramilitares, informaron las autoridades.
La policía informó que rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestraron a Alfredo Gutiérrez, uno de los máximos exponentes de la música vallenata.
El vallenato es un género musical del norte de Colombia que se interpreta con acordeón e instrumentos de percusión y que narra historias de la vida cotidiana y de los amores de las gentes de esa región del país.
Ese género musical ha traspasado las fronteras colombianas y es conocido en países como Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá.
Gutiérrez viajaba en un taxi entre los municipios de El Tarra y Convención, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, cuando fue interceptado por un comando del ELN.
El artista, de 61 años y uno de los mejores intérpretes del acordeón en Colombia, regresaba a la ciudad de Cúcuta después de una presentación en El Tarra.
El ELN es el segundo grupo guerrillero de Colombia, cuenta con 5.000 combatientes y frecuentemente ataca la infraestructura energética y petrolera del país.
Ese grupo rebelde anunció el sábado que estaba dispuesto a reiniciar contactos de paz con el Gobierno del Presidente Andrés Pastrana, que los suspendió en agosto ante las exigencias de esa guerrilla para iniciar una negociación formal de paz.
Nadie está a salvo
"Hasta el momento los rebeldes no han hecho ninguna clase de exigencia por la liberación de Alfredo Gutiérrez", dijo el sub comandante de la policía en Norte de Santander, coronel Luis Hernando Ramírez.
Colombia es considera la capital mundial del secuestro. En el 2000 se registraron 3.706 secuestros, un promedio de 10 diarios, la mayoría atribuidos a la guerrilla que lo utiliza para financiar parte de su levantamiento contra el Estado.
En este país andino cualquier persona es una víctima potencial del secuestro, desde empresarios y hacendados, hasta humildes obreros.
Por otra parte, paramilitares incursionaron en las afueras de cuatro poblaciones del noroccidental departamento de Antioquia y asesinaron a balazos a 23 campesinos a quienes los acusaron de ser colaboradores de la guerrilla.
Se trata de la más reciente escalada de violencia en esa región del país, estratégica para el tráfico de armas y drogas, y cuyo control se disputan los paramilitares y los rebeldes.
En Antioquia, además del ELN operan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que agrupan a los paramilitares.
Las masacres de campesinos en las zonas rurales de Colombia son comunes como parte de la guerra interna que azota este país y que dejó 40.000 personas muertas en la última década.
