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Colombia sepultó hoy al niño emblema del dolor de la guerra

Una multitudinaria y emotiva despedida tuvo el menor Andrés Felipe Pérez, quien falleció de cáncer sin poder ver a su padre, un cabo de la policía secuestrado por los rebeldes de las FARC.

19 de Diciembre de 2001 | 21:45 | AP
BOGOTÁ.—Una multitud abatida por el dolor ondeando banderas y pañuelos blancos enterró el miércoles a Andrés Felipe Pérez, el pequeño que murió de cáncer sin poder realizar el deseo de ver a su padre, un cabo de la policía secuestrado por los rebeldes.

El cuerpo del joven que falleció el martes fue llevado hasta la catedral de Buga, en el occidente colombiano, por una escolta encabezada por el comandante de la policía del Valle del Cauca y otros oficiales, en una misa presidida por 15 sacerdotes y el obispo de la ciudad.

"Andrés Felipe no morirá", gritaban algunos en la multitud de unas 10.000 personas de esta población e incluso de otras regiones del país, entre las que se encontraba la candidata presidencial Noemí Sanín.

"Andrés Felipe estamos contigo", rezaba un cartel que cargaba una mujer visiblemente afectada.

El coro de niños que estaba programado para la misa no lo hizo ya que los menores no pudieron contener el llanto, explicó uno de los sacerdotes.

Luego de la misa, el cuerpo de este menor que se convirtió en el símbolo de la tragedia de la guerra y en particular del dolor de aquellos que tienen un ser querido secuestrado, fue trasladado al cementerio en el carro de bomberos.

Andrés Felipe, de 13 años, murió sin poder ver u oír a su padre, un cabo de la policía secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace 21 meses.

Antes que el cáncer invadiera su cuerpo, los médicos habían dicho que existía la posibilidad de realizar un transplante del riñón de su padre, que hubiera podido salvarle la vida.

En ese entonces las FARC afirmó que considerarían la libertad del cabo si el menor iba a la zona desmilitarizada para que los médicos de la guerrilla constatarán la enfermedad de Pérez.

Luego ya cuando el menor tenía la cabeza calva por la quimioterapia suplicó a los rebeldes a través de los medios de comunicación que dejaran a su papá en libertad, como un gesto de humanidad en medio del largo conflicto colombiano.

Los rebeldes respondieron que liberarían al cabo Norberto Pérez si el gobierno aceptaba canjearlo por un rebelde enfermo que está en prisión.

El gobierno rechazó esa posibilidad alegando problemas legales y la desigualdad del cambio entre un cabo que cumplía con su deber y un guerrillero que delinquió.

En los últimos días, los guerrilleros avisaron que permitirían una comunicación por radioteléfono, algo que el menor estuvo esperando en sus últimas horas sin que sucediera.

Andrés Felipe luchó casi toda su vida contra un cáncer y su dolor conmovió a esta nación.

"Lo que ha pasado con Andrés Felipe es el símbolo de cada una de las tragedias que se vive al interior de cada uno de los hogares nuestros", dijo a la AP Marleny Orjuela, presidenta de Asociación de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública retenidos por grupos guerrilleros (Asfamipaz).

Las FARC mantienen en su poder a 47 oficiales y suboficiales de la policía y del ejército, algunos secuestrados desde hace más de cuatro años y medio, además de cientos de civiles.

En junio, y gracias al primer acuerdo alcanzado entre el gobierno y las FARC en casi tres años de negociaciones, la guerrilla liberó a más de 300 uniformados de bajo rango.
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