RIO DE JANEIRO.- La tradicional fiesta de año nuevo que se realiza en las arenas de la playa de Copacabana desde 1974 transcurrió sin accidentes graves pero no contó ni con el mismo entusiasmo de años anteriores ni con los dos millones y medio de participantes esperados, según la prensa local.
De acuerdo al periódico brasileño "O Globo", 1,5 millones de personas, entre cariocas y turistas, acudieron a la playa para despedirse de 2001 y presenciar la quema de 60 toneladas de fuegos artificiales, que este año fue trasladada al mar en balsas ancladas unos 300 metros mar adentro.
La medida fue para evitar accidentes como el ocurrido en 2000, cuando restos incandescentes de morteros, que no alcanzaron altura suficiente, cayeron sobre los espectadores del espectáculo pirotécnico.
El accidente de 2000 causó la muerte de una persona y dejó heridas a más de 30.
Los medios también atribuyeron la disminución del público al temor de las personas en que pudiera caer una fuerte lluvia.
La semana pasada, las precipitaciones causaron al menos 60 muertos y provocó graves estragos en varias ciudades del estado de Río de Janeiro, además de la "ciudad maravillosa".
Sin embargo, ni el cielo limpio ni una poética luna llena sedujeron la presencia de un público más numeroso.
El rotativo "Jornal do Brasil" publicó que 5.000 efectivos policiales garantizaron la seguridad en Copacabana.
Según las autoridades, unas 250 personas fueron atendidas por médicos a causa de pequeños problemas de salud, principalmente de embriaguez.
